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Temperley dejó pasar una gran chance y puso en riesgo su lugar en el Reducido

En el Alfredo Berganer. El Gasolero no jugó bien, careció de ideas ofensivas y perdió por 2-1 con Central Córdoba, en un duelo clave para pelear por el segundo ascenso. Magnín, además, falló un penal que hubiese cambiado la historia.

Cuando debía ganar para soñar con el Reducido, Temperley no tuvo una sólida actuación, sufrió un nuevo golpe y masticó bronca en el Alfredo Beranger. En su estadio, perdió por 2-1 ante Central Córdoba en un duelo clave y puso en riesgo su clasificación al octogonal para pelear por el segundo ascenso.

Debía ganar, pero no pudo. Lo imaginado y lo trabajado se trastocó rápidamente. Nada fue como se pensó en la previa. El plan ideado por Aldirico, con la idea de poner un mediocampo más combativo con el ingreso de Fattori por Reinhart, quedó sin efecto con el gol tempranero, a los 2 minutos, del "Bicho" Rossi. El nueve, tras un lateral, recibió de Melivilo y, con gran jerarquía, se sacó de encima a Paz y definió a la red para silenciar el Beranger.

Esa jugada, impensada en la previa, lo obligó a cambiar la receta. Tuvo que salir a buscar, pero careció de ideas y dependió de las subidas de los laterales. Di Lorenzo estuvo impreciso y los dos extremos (Mancinelli y Cerutti), bien cubiertos, no pudieron gravitar. Y eso facilitó el plan de la visita, que se cuidó con tenencia y salió de contra, enfocado en aprovechar los espacios que el local dejó en la última línea.

Al Gasolero le costó mucho. No le fue fácil generar situaciones. Lo tuvo Mancinelli, en una clara, con un remate alto, y no mucho más. Pero a los 31 minutos, en jugada que tuvo como protagonistas a los laterales, Mazur, de cabeza, puso el 1-1.

Sin embargo, no lo pudo sostener. En la jugada siguiente, y con Prieto afuera del campo recuperándose de un golpe, la visita aprovechó el hombre de más y, tras un centro de Robles, Rossi puso el 2-1 con un buen cabezazo, abajo y esquinado, para volver a complicar los planes del Gasolero.

Esos problemas en la generación continuaron en el complemento. Aldirico puso a González por un flojo Cerutti, pero al ex Quilmes también le costó gravitar y poco cambió. Luego, y tras la expulsión de Mazur, entró Guevgozián para cambiar la historia, tampoco pudo. Al uruguayo, de buen ingreso, le faltó sociedad para romper la muralla santiagueña.

Más allá de eso, el local tuvo sus chances, todas con Magnín como protagonista. La más clara fue el penal que falló con un remate al travesaño, pero además contó con dos cabezazos, uno al palo y otro tapado por el 1.

El Gasolero no aprovechó su momento, falló las que tuvo, y no se pudo poner en partido. Se fue desdibujando, perdió claridad por completo y sufrió un nuevo golpe, el segundo en fila, y con eso complicó su ingreso al Reducido.

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