Esto va a pasar para mí y para todos
DE PUÑO Y LETRA. Sergio Lapegüe escribió su columna semanal desde el Sanatorio Juncal, donde sigue internado por Coronavirus. Cuenta sobre los síntomas de los últimos días y la reacción del virus al plasma.
Y un día me tocó a mí, amigos. Les mando estas líneas desde la habitación del Sanatorio Juncal, aislado, todavía padeciendo los síntomas del Coronavirus. Estoy pasando por varios estados. Los dolores de huesos, la fiebre, la tos, la descompostura, el desgano, el sueño constante y la falta de aire -algo que conozco bien por mi asma- van y vienen. Los médicos me dicen que los síntomas pueden aparecer o desaparecer en cualquier momento hasta el décimo día después del contagio. Al momento de escribir esta columna todavía me faltaban algunos días para ganar la batalla, pero por suerte la neumonía parece estar controlada y el virus ya no se expande gracias al plasma de convaleciente.
Mucho se habló sobre el contagio. Es cierto, estuve de vacaciones. Nunca lo escondí. Con mi familia y mis amigos con los que viajé -los únicos con los que compartí intimidad- cumplimos todos los protocolos. Al virus no lo traje de viaje. Volví al país con PCR negativo y a las pocas horas me contagié acá. Sí, después de tanto cuidado, de tanta prédica, de tanto insistir, me tocó a mí.
Aquí, en el silencio de mi habitación, mientras espero que el virus se vaya, solo escucho los pasos de los médicos, esos tremendos servidores públicos que van de un lado a otro por el pasillo de los enfermos covid, que está lleno. Son doctores, enfermeros, personal de limpieza, de servicio. Todos ellos se arriesgan cada minuto para que los pacientes puedan cursar de la mejor manera esta enfermedad tan rara como desconocida. A ellos, todo mi agradecimiento por cuidarme como lo hacen.
Aquí, en el silencio de mi habitación, mientras espero que el virus se vaya, solo escucho los pasos de los médicos, esos tremendos servidores públicos que van de un lado a otro por el pasillo de los enfermos covid
También quiero agradecerle al Municipio y especialmente al secretario de Salud, Mariano Ortega Soler, que estuvo presente para darme una mano desde el primer momento.
Y por último, mi agradecimiento a todos ustedes, amigos y vecinos, por la preocupación, por el apoyo y el cariño de siempre y por los mensajes de aliento. De verdad que me emocionan. Son innumerables, muchos más que los de los malintencionados que opinan sin saber y se alegran de los problemas del otro. Gracias, de corazón.
Esto va a pasar. Para mí y para todos. Lomas de Zamora superó en estos días los 28 mil casos de Coronavirus y los fallecidos ya son más de 630. Nuestro municipio es el segundo con más contagios de la región después de Almirante Brown. No hay que aflojar.
La buena noticia es que ya son más de 23 mil los lomenses que vencieron a la enfermedad. Saben que soy un optimista por naturaleza, así que me despido destacando que mientras tanto sigue avanzando la campaña de vacunación en los trabajadores de salud y que más del 60% de la población de adultos mayores -de un total de 130 mil que hay en Lomas- ya se registró en la campaña del Municipio para aplicarse la dosis. Ya falta menos, amigos. Cuidensé. Se los dice un amigo.