Los Pérez, una familia de futboleros en Centenario

Atrás de la pelota. Mario es uno de los referentes del Club Villa Elvira donde se formó Facundo, su hijo, que es actual jugador de Lanús.

En el límite entre Fiorito y Centenario vive la familia Pérez que no es solo una más de la guía telefónica. En Lomas probablemente no exista otra que viva tan a flor de piel la pasión por el fútbol.

Mario es el padre de la familia y lleva más de 50 años vinculado al Club Villa Elvira, en la calle Ginebra. Desde los 10 años, cuando llegó desde Chaco a Lomas, empezó a caminar los pasillos de la institución en la que también fue presidente, director técnico, delegado y ahora integrante de la Comisión Directiva.

Ese amor por el club y por el fútbol también lo heredaron sus diez hijos, sin distinción entre chicos y chicas. Inclusive, uno de ellos, Facundo, logró el summum de cualquier niño que empieza a jugar a la pelota: llegar a Primera. Hoy forma parte del plantel de Lanús y hace poco más de dos meses se dio el lujo de jugar como titular frente a San Pablo en el Morumbi, en la destacada clasificación del Granate a los octavos de final de la Copa Sudamericana.

En un año particular para todos, el deporte quedó a un costado dominado por la pandemia. Y como en tantos otros clubes, Villa Elvira abrió sus puertas para ayudar a los que menos tienen. "La pandemia nos hizo abrir los ojos sobre muchas cosas. Este club es muy humilde, casi no cobramos cuota social y dejamos que todos los chicos jueguen. Cuando se cerró todo, nos dimos cuenta que había familias con necesidades que no iban a poder llevar un plato de comida a su casa y ahí empezamos a trabajar. A través del representante de mi hijo y también con la colaboración de mucha gente que sacó plata de su bolsillo, logramos darle de comer a 60 familias dos veces por semana. Otros chicos donaron galletitas, alfajores, leche y con eso fuimos acompañando en el día a día", explicó Mario.

Su esposa, sus hijos, la familia del club puso manos a la obra para cocinar y dar una mano al otro sin obtener nada a cambio: el que trabajaba, termina su jornada y se acercaba a la institución para arremangarse y ayudar en lo que se precisara. "Cualquiera que pasó hambre sabe lo que es eso y yo que vine de Chaco sufrí esas necesidades y me puedo poner en el lugar del otro. La comida que servíamos en el club era la misma que yo comía en mi casa con mis hijos y, dentro de lo que se pudo, se dio una mano enorme a los vecinos", agregó Don Pérez.

Esa fuerza de empuje en pos de conseguir las cosas la heredó Facundo y la trasladó a su sueño deportivo. Desde los 7 años, cuando lo vieron en un Mundialito, comenzó a jugar en el Granate. Desde allí, hizo todo el camino en infantiles, inferiores y Reserva hasta la actualidad en donde suele ser pieza de recambio para Luis Zubeldía. "De chiquito íbamos en colectivo a las prácticas y los domingos a jugar. Capaz que salía de casa a las 5.30 de la mañana y volvía a las 18. Jugaba en Villa Elvira los sábados y en Lanús los domingos, y entrenaba todos los días. Fue un sacrificio enorme el que hizo pero al fin llegó esta recompensa", contó Mario.

Pese a haber debutado en 2019, recién en esta reanudación de la competencia pudo tener más oportunidades. Pérez había marcado 22 goles entre Cuarta y Reserva jugando como volante, lo que llamó la atención del cuerpo técnico. Así llegó a Primera y se consolidó en el plantel mayor.

Su historia no es aislada dentro de Villa Elvira. El hijo del presidente es Jonathan Cristaldo (hoy en Racing) e hizo toda su carrera infantil en el club, pero también se suman los casos de Walter Alcaraz (ex Los Andes, hoy retirado) y Sergio Sena (ex Talleres de Escalada, entre otros). Y pensando a futuro, Mario afirma que habrá más. El tiempo y el esfuerzo de cada uno, dirán?

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