De telas descartadas a moda con identidad: la historia de La Aldi Vega
DEL CONURBANO AL MUNDO. La lomense Aldana Vega y su colega Camila Passerini crearon una marca de indumentaria sustentable que transforma retazos en prendas con valor cultural y social.
"La moda no tiene que ser aburrida ni elitista. Desde lo que otros descartan se pueden crear diseños con valor cultural". Con esa premisa, la lomense Aldana Vega, junto a su colega Camila Passerini, crearon una marca de indumentaria propia que destaca por ser sustentable: las prendas nacen a partir de telas recicladas, lo que contribuye al cuidado del ambiente.
La Aldi Vega nació en pleno conurbano bonaerense, en un taller repleto de telas descartadas (ubicado en Transradio, Monte Grande). Tanto Aldana como Camila estaban convencidas que podían crear un proyecto con identidad propia: "Lo que nos inspiró a dar el primer paso fue la necesidad de contar una historia distinta: buscábamos que la moda pueda ser una herramienta de identidad y conciencia, todo desde nuestro barrio".
Lo que nos inspiró a dar el primer paso fue la necesidad de contar una historia distinta: buscábamos que la moda pueda ser una herramienta de identidad y conciencia, todo desde nuestro barrio
Sus productos transforman materiales descartados en piezas con historia, demostrando que la sustentabilidad también puede ser creativa, accesible y cercana. "Las prendas cuentan algo: de dónde venimos, lo que creemos y hacia dónde queremos ir. Cada colección es un universo distinto, con un mensaje social detrás", explicó Vega.
Tanto para Aldana como para Camila, la estética y la funcionalidad deben complementarse permanentemente, tal es así que diseñan pensando en que las prendas se vean únicas y con carácter, pero también que acompañen la vida real de quien las usa para que puedan ser usadas para bailar, caminar, estudiar o trabajar. "Al final, la moda tiene que contar algo, pero también tiene que ser vivida. Ese equilibrio es lo que nos divierte crear en cada colección", señalaron.
Al ser consultadas sobre sus mayores desafíos a la hora de emprender, indicaron que la inestabilidad económica es uno de los motivos que las obliga a reinventarse constantemente, pero también debieron sobreponerse al prejuicio respecto a sus orígenes: "Venimos de familias de clase media-baja y muchas veces nos subestimaron por no tener contactos o capital inicial. Pero lejos de frenarnos, eso nos dio más fuerza porque nos enseñó a ser creativas, a resolver con lo que tenemos y a demostrar que, desde nuestros barrios, también podemos hacer moda de impacto".
Recientemente, el emprendimiento La Aldi Vega fue uno de los elegidos por el programa Diseño Argentino Exponencial (DAE), impulsado por la Fundación Bunge y Born y British Council, para recibir capital semilla que les permita crecer como proyecto. Aldana y Camila saben que esta elección fue "un impulso enorme y una demostración de que el trabajo que hacemos tiene reconocimiento y proyección".
El emprendimiento "La Aldi Vega" fue uno de los elegidos por el programa Diseño Argentino Exponencial (DAE), impulsado por la Fundación Bunge y Born y British Council, para recibir capital semilla que les permita crecer como proyecto.
En un futuro inmediato, el emprendimiento lanzará la próxima colección, mientras que a mediano plazo buscarán crecer en capacidad productiva, ya sea ampliando el equipo como así también "abrir el camino hacia mercados internacionales, pero siempre arraigados al barrio y a Argentina".
"En cinco años nos imaginamos consolidadas en Argentina, con nuestros propios locales y un taller más grande que nos permita producir más y mejor. Pero lo más importante para nosotras es que ese crecimiento incluya a otros: queremos trabajar con cooperativas barriales y generar empleo en nuestros territorios. La idea no es solo crecer como marca, sino también como comunidad", admitieron.
En cinco años nos imaginamos consolidadas en Argentina, con nuestros propios locales y un taller más grande que nos permita producir más y mejor. Pero lo más importante para nosotras es que ese crecimiento incluya a otros: queremos trabajar con cooperativas barriales y generar empleo en nuestros territorios. La idea no es solo crecer como marca, sino también como comunidad
"Soñamos que nuestra marca, en el futuro, se recuerde como algo más que ropa. Que sirva de inspiración para otros jóvenes, una prueba de que se puede hacer lo que uno ama desde cualquier lugar", finalizó Aldana.