Cuándo Paul McCartney estuvo preso en Japón
Mundos personales. Hace 45 años, el integrante de Los Beatles fue a parar detrás de las rejas y estuvo nueve días detenido en tierras niponas.
Como casi todos los mortales, Paul McCartney también tiene algunas manchas en su expediente e incluso terminó detenido durante nueve días en Japón, en uno de los hechos más curiosos de su vida.
Corría 1980 y poco menos de 11 meses para que asesinen a John Lennon, cuando Paul no paraba de recorrer el mundo con Wings, su nueva banda. El 16 de enero de 1980 la banda de Paul aterrizó en el Aeropuerto Internacional de Narita, en la capital de Japón. Después del control de rutina en migraciones, las autoridades le advirtieron que no podría permanecer en libertad dentro del país y que debería acompañarlos.
Esto se debió a que el exintegrante de Los Beatles llevaba una bolsa con 230 gramos de marihuana. "Cuando el tipo la sacó de la maleta, parecía más avergonzado que yo", reconoció a la revista Performing Songwriter y añadió: "Pensé que él solo quería ponerla de nuevo donde estaba y olvidarlo todo".
De esta forma, el músico pasó a estar preso en una celda de dos metros cuadrados, en la que debía limpiarla a diario y donde no comprendía el idioma de sus compañeros de reclusión.
"No intenté esconderlo. Acababa de llegar de América y todavía tenía esa mentalidad americana de que la marihuana no era tan mala. No me di cuenta de lo estricto que son los japoneses", comentó tiempo después.
"Todo fue un error", dijo Paul, y añadió: "Hice una confesión la noche que fui arrestado y me disculpé por infringir las leyes japonesas, pero querían saberlo todo. Les tuve que contar toda mi vida: colegio, nombre de mi padre, ingresos, incluso mi medalla de la Reina".
Finalmente, la banda suspendió el tour que tenía previsto en tierras niponas y la noticia de que un ex Beatle estaba preso recorrió el mundo.
"Mi primera noche fue la peor. No pude dormir. Y cuando dormía tenía pesadillas. Estaba aterrado ante la posibilidad de no ver a mi familia en años", recordó, y detalló: "Me dijeron '¡podrían caerte siete años de trabajos forzados!' tuve una horrible sensación en la boca de mi estómago. No paraba de pensar, '¿Qué le he hecho a mi familia?'".
Mientras tanto, el resto de la banda se alojó en el lujoso hotel Okura, el mismo al que iban John Lennon y Yoko Ono cuando visitaban a la familia de la artista. Linda McCartney trató de mantener la compostura frente a sus hijos, que preguntaban por su padre, mientras era hostigada por los medios.
Por su parte, los excompañeros de Paul reaccionaron de diferentes maneras. George Harrison envió un mensaje de apoyo, mientras que Ringo Starr se limitó a decir que se trataba de un hecho desafortunado. John Lennon, que siempre fue polémico y picante, esta vez optó no decir ni una palabra.
Recién al quinto día de detención lo pudo visitar su esposa Linda, que además era parte de Wings. Su pareja le llevó ropa limpia y unos libros para que pueda amenizar los largos días en presión.
De todos modos, el zurdo bajista ya había hecho buenas migas con otros presos, a pesar de ellos no entendían mucho el inglés y de que Paul no hablaba ni una palabra en japonés.
Allí conoció personalmente a la persona que se encontraba en la celda contigua, un estudiante marxista que estaba preso por drogas y que hablaba un poco de inglés, y a un miembro de la mafia sentenciado por homicidio que le pidió que cantara "Yesterday".
Corría el noveno día de detención, el 25 de enero, cuando sus abogados llegaron a un acuerdo con la Justicia japonesa y Paul fue liberado, pudiendo volver a su Inglaterra natal.
No pudo cumplir con los shows programados, se le devolvió el dinero a quienes habían sacado las entradas y el músico tuvo que pagar una multa de un millón de libras esterlinas.
Una vez situado en Inglaterra, Paul entendió que lo ocurrido era una señal para separarse de Wings y fue lo que hizo. "Había dejado de ser divertido y lo ocurrido en Tokio, definitivamente, propició la disolución. La banda estaba muy molesta conmigo. Todo el mundo nos había dicho, 'no lleves drogas a Japón'", dijo Paul, a modo de autocrítica.
La separación de la banda le dio un nuevo giro a su camino artístico y desde entonces está al frente de su carrera como solista, mientras que no para de tocar en vivo.