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Daniel Molinari: "La misión ahora es que Los Andes no descienda más"

Entrevista. Estuvo a cargo de la secretaría de fútbol que armó el equipo logró el boleto a la Primera Nacional e hizo un repaso de un ascenso "inolvidable" para la familia del Milrayitas.

Daniel Molinari con la copa en la mano y la felicidad del ascenso de Los Andes

Daniel Molinari, con la copa en la mano y la felicidad del ascenso de Los Andes.

Daniel Molinari tuvo un rol importante en el ascenso de Los Andes. Fue el dirigente que, al frente de la secretaría de fútbol, armó este plantel que logró el ascenso a la Primera Nacional luego de cinco años en la Primera B. Y por eso vive estas horas post ascenso con mucha felicidad, sabiendo que este logro conseguido puede ser muy importante de cara al futuro.

Molinari, que acaba de finalizar su mandato como vicepresidente primero del Milrayitas y no formará parte de la nueva comisión directiva, trabajó codo a codo con el plantel profesional y vivió de manera especial la consagración del conjunto de Lomas, siendo la cabeza de un equipo de trabajo que tuvo como pilar a Juan Carlos Díaz, fallecido hace alrededor de seis meses, y a un grupo de jóvenes que lo acompañaron en este recorrido.

¿Cuándo sintió que ascendían?

Fui con mucha confianza al partido final. La semana había sido muy buena, el clima del plantel era excelente y el club brindó siempre las mejores posibilidades en cuanto a lo que era el día a día. Algo que marca esto es lo que pasó después de la suspensión del partido ante Armenio: yo le consulté a (al presidente del club, Omar) Plaini si era necesario concentrar para jugar los 30 minutos restantes (se había suspendido por la tormenta eléctrica) y él me dijo que sí, que había que apoyar desde todo punto de visita, y por suerte ese esfuerzo dio sus frutos. A eso se le agrega que, cuando vi el equipo que iba a jugar ante Sarmiento de La Banda, mi confianza aumentó. El conjunto se brindó al 100 por ciento y fue una hermosa fiesta, que hará que este ascenso sea inolvidable para la historia del club.

Hubo momentos complicados en la temporada. ¿Cómo fue recuperar al plantel tras perder la final con Colegiales?

Fue un golpe duro, pero lo bueno es que el cuerpo técnico siempre estuvo tranquilo y yo desde mi lugar traté apoyar, dar palabras de aliento. Hubo mucho trabajo psicológico con el coach, también de los entrenadores y nosotros apoyando desde afuera. Es más, antes de la revancha con Armenio, le mandé un mensaje a cada uno de los jugadores dándole confianza, diciéndole que se podía, que necesitábamos jugar nuestro mejor partido del año, y eso pasó. Los Andes jugó el mejor partido y pasó merecidamente a la final. Eso cambió el ánimo. Después superamos la serie con Argentino de Quilmes, que era el partido clave, porque el cuerpo técnico tenía la tranquilidad de que Los Andes tenía las armas para sacar a flote el partido con Sarmiento. Y así se dio. 

¿Qué significa este ascenso para el club?

Es una buena posibilidad que se nos presenta y está en nosotros aprovecharlo o no. Y lo más importante es que fue producto de un gran trabajo de todos, de toda la comisión directiva, de todas las áreas, que aportaron lo mejor y lo hicieron de gran manera. Por eso esto es un premio para ellos también.

¿Qué debe hacer ahora Los Andes en la Primera Nacional?

Para mí, hay que ir con pasos sólidos. El primer objetivo, obviamente, será afianzar el equipo en la divisional, pero ahora hay que tener como objetivo, de ahora y para siempre, de que Los Andes no descienda nunca más en su historia. Y a partir de ahí, consolidarnos en la Primera Nacional e ir construyendo el equipo que, en un futuro, nos dé la posibilidad de pelear el ascenso. Yo creo en la construcción, nosotros lo fuimos construyendo desde el año pasado este logro: primero mantuvimos la base del equipo, después le sumamos los juveniles del club y luego incorporamos selectivamente para llegar al objetivo deseado, el ascenso al Nacional. 

Ahora hay que tener como objetivo, de ahora y para siempre, de que Los Andes no descienda nunca más en su historia

Si bien este año terminó de la mejor manera, con el ascenso, hubo un momento muy triste con el fallecimiento del Juan Carlos Díaz. ¿Qué significó eso para usted?

La muerte del Nene Díaz fue un golpe durísimo, todavía estoy tratando de digerirlo, pero su legado traté de llevarlo hasta el último día. Y cuando hablo del legado me refiero a que los chicos de Inferiores tengan posibilidad de jugar a primera y creo que esa es la parte más destacada del trabajo que hicimos en la secretaria de fútbol. Y el ejemplo de eso es que el otro día hubo cinco chicos surgidos del club en el plantel que viajó a Córdoba (Lucas Barrientos, Taiel Arancibia, Aaron Sandoval,  Axel Páez y Facundo Villarreal).

¿Cómo analiza el trabajo de la secretaría de fútbol que le tocó presidir en estos dos años?

El trabajo fue muy bueno. Al principio me apuntalé con el Nene Díaz, que era el nexo con el cuerpo técnico, y también con la colaboración de jóvenes como Nicolás Degano, Juan Barrondo, Tomás Molinari (su hijo), Coco Pérez y Nicolás Sansivero, que fueron piezas importantes de la gestión. Y creo que se hizo un trabajo impecable como hace tiempo no se veía en Los Andes. Todo lo que hicimos fue en busca de lograr el objetivo del ascenso y por suerte se consiguió. 

Hubo que tomar decisiones difíciles en el camino…

Cuando vimos que el equipo no daba repuesta, tomamos las decisiones y nunca dudé en hacerlo porque creía que era en beneficio de Los Andes. Por suerte dimos con un cuerpo técnico que colmó las expectativas, fundamentalmente como personas, con un un perfil similar al del Nene Díaz. Son docentes, tienen un muy buen trato con los jugadores, y eso acomodó el vestuario, el día a día. El grupo, a partir de eso, se unificó y cuando llegó la final no tenía dudas que iba a ser un día de felicidad. 

¿Con qué se queda sobre su etapa como vicepresidente y estando a cargo de la secretaría del fútbol?

Lo que me queda es que haciendo las cosas coherentemente, y con mucho amor al club, confiando en la gente y en los que tenés cerca, se logra que el día a día sea bueno, que el jugador venga contento a entrenar. Este cuerpo técnico le dio mucha calidad a los entrenamientos, mucho fútbol, mejoró el juego del equipo y nosotros teníamos jugadores de buen pie para hacerlo. Así se fue formando un lindo grupo que hasta terminó cantando por mí. Y eso habla de la buena comunión que había en el día a día y en el apoyo que sentían de parte del club para que consiguieran este logro. También quiero destacar el trabajo de los utileros, del cuerpo médico y del personal de seguridad, que hicieron que el día a día junto al plantel, al cuerpo técnico y a la secretaría sea de mucha armonía.

Entonces, el balance es más que positivo…

La verdad que sí. Fueron dos años estando todos los días al pie del cañón y no me quedé con nada. Pusé de mi parte todo lo que había que poner para que a Los Andes le vaya bien y esto fue un regalo increíble que nos llenó el alma de felicidad. El equipo logró la segunda mejor campaña de local desde que se instauró el sistema de los tres puntos, tuvo récord de partidos en un año y además vendimos el 60% del pase de Diego Barros a cambios de 150.000 dólares, lo que fue importante para el club.

¿Cómo está hoy Los Andes?

El club está mejor en todo sentido y creo que este ascenso será un aporte importante en el caudal de hinchas, también de socios, que le da la posibilidad al club de seguir creciendo en todas sus áreas. Creo que, si lo sabemos aprovechar, Los Andes se hará fuerte y va a pasar a ser lo que soñamos, ser el orgullo de Lomas.

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