Banfield ratificó su levantada con otro sólido triunfo

Un triunfo llama a otro. Y eso logró Banfield en las últimas dos fechas de la Liga Profesional. En condición de local, donde llevaba cuatro partidos sin victorias, el equipo de Gustavo Munúa derrotó por 2-0 a Independiente Rivadavia de Mendoza, generando un clima de festejos tras semanas agitadas.

De la alegría a la preocupación pasó Banfield en minutos sobre el final del primer tiempo en el Lencho Sola. Del gol de Ezequiel Cañete a la lesión de Damián Díaz en el tobillo se vivieron momentos agridulces. El Kitu se fue en camilla, acompañado por el carrito, con síntomas de mucho dolor. 

Antes de los 40 minutos, cuando el partido se quebró con la apertura del marcador, pasó poco y nada. El Taladro, que venía de un buen partido ante Barracas Central, no pudo sostenerlo ante la Lepra mendocina. 

Al minuto, luego de una buena juagada por derecha, Juan Pablo Álvarez remató de frente al arco por arriba de travesaño. De ahí en más, el partido se estancó, faltaron ideas, juego, claridad y ambición por atacar. 

Bajos rendimientos de Damián Díaz y Gerónimo Rivera en el local, y casi sin gravitar Sebastián Villa en la visita. El equipo de Alfredo Berti tuvo un propósito y lo llevó a cabo, defender y ver si podía salir de contraataque.

Por ratos, Rivera y Álvarez intercambiaron sectores para ver si con eso podían desarticular a la defensa rival. Banfield, de los dos, era el que más pugnaba por sostener un trámite que estaba lejos de ser atractivo para los ojos.

Pero, apareció el centro de Ramiro Di Luciano, la entrada de Ezequiel Cañete para ganarle a Matías Ruiz Díaz y arremeter contra Ezequiel Centurión y tocar a la red. Un grito que tapó ciertos murmullos que comenzaban a copar el ambiente. La alegría no pudo ser completa por la posterior lesión de Kitu Díaz.

Con la ventaja, el dueño de casa no salió a especular, a ver si se despertaba su rival, que bastante dormido estaba. Lo fue a buscar y casi Gerónimo Rivera mete un gol para el recuerdo, pecho y chilena, a las manos del arquero.

Banfield acorraló a los mendocinos, lo desbordó y lo obligó a desatenciones que se pagan caras. Y de un córner, dos veces no pudieron aventar el peligro, la pelota le quedó a Mathías de Ritis, que sacó un remate bajo contra el caño izquierdo de un arquero que estaba tapado y nada puso hacer. Ventaja clave.

A partir de ahí, estuvo más cerca el Taladro del tercero que Independiente de un descuento. Si bien no generó situaciones de gol, daba la sensación de que, si quería, llegaba a la goleada. La visita se acordó tarde, Facundo Sanguinetti atrapó un frentazo de Iván Villalba y Maximiliano Alvez cruzó un remate que salió rozando el palo.

Cambió el clima en Banfield, y no precisamente el del pronóstico del tiempo. Los triunfos ayudan, va pasando el temblor y Gustavo Munúa está encontrando, a pequeños pasos, que su equipo se asemeje a lo que él pregona.

LA SÍNTESIS

Banfield (2): Facundo Sanguinetti; Ramiro Di Luciano, Alexis Maldonado, Nicolás Hernández y Mathías De Ritis; Juan Pablo Álvarez, Ezequiel Cañete, Cristian Núñez y Gerónimo Rivera; Damián Díaz; Bruno Sepúlveda. DT: Gustavo Munúa.

Independiente Rivadavia (0): Ezequiel Centurión; Matías Ruiz Díaz, Iván Villalba, Sheyko Studer y Federico Milo; Franco Romero, Agustín Mulet, Gonzalo Ríos y Ezequiel Ham; Sebastián Villa y Fernando Romero González. DT: Alfredo Berti.

Goles PT: 40m. Ezequiel Cañete (B). ST: 14m. Mathías de Ritis (B). Cambios PT: 46m. Matías González por Díaz (B). ST: inicio Juan Ignacio Cavallaro por Mulet (IR), 15m. Jorge Sanguina por Romero (IR) y Maximiliano Alvez por Ríos (IR), 20m. Luis Sequeira por Ham (IR), 30m. Juan Iribarren por Di Luciano (B), Lisandro Piñero por Rivera (B), Yonatán Rodríguez por Cañete (B) y Tobías Ostchega por Milo (IR), 35m. Ignacio Rodríguez por Núñez (B). Amonestados: I. Rodríguez (B); Villalba (IR). Árbitro: Yael Falcón Pérez. Estadio: Florencio Sola.