El Museo Pío Collivadino sueña con el regreso de las visitas guiadas
BANFIELD. El espacio trabaja y comparte material audiovisual en sus redes sociales, pero tiene proyectado volver a la presencialidad antes de fin de año.
El Museo Pío Collivadino trasmite conocimientos, educación y, por qué no, diversión a través de su espacio cultural y con las visitas de los vecinos. Debido a la pandemia tuvieron que cerrar sus puertas, pero la actividad no se interrumpió: gracias a la virtualidad, subieron a las redes imágenes de distintas obras y cuadros con su información correspondiente, mientras gestionan para poder volver a trabajar de manera presencial. Verónica Wolcoff es la encargada de coordinar el museo y contó detalles de su trabajo, las obras del artista plástico y los diferentes proyectos a corto y mediano plazo.
Perteneciente a la Universidad de Lomas y ubicado en la calle Medrano 165 (muy cerca de la estación de Banfield), el Museo Pío Collivadino es un espacio que lucha fuertemente porque prevalezca la cultura y, además, incentiva a generar interés en la población por este tipo de actividades. Actualmente se encuentra cerrado al público, pero ni la pandemia los detiene ya que trabajan puertas adentro para generar todo tipo de contenido audiovisual y difundirlo por las redes sociales.
Ya tienen proyectado comenzar con las visitas, de no más de cuatro personas, para recorrer las instalaciones y esperan que el regreso pueda darse antes de fin de año.
Pero el deseo de quienes trabajan en el lugar es más grande: ya tienen proyectado comenzar con las visitas, de no más de cuatro personas, para recorrer las instalaciones y esperan que el regreso pueda darse antes de fin de año. "Actualmente tenemos todo material propio en dos salas permanentes y una temporaria", detalló Verónica Wolcoff, licenciada en Museología y coordinadora del lugar, quien explicó que, mientras tanto, muestran por las redes algunas obras y temas, a modo de adelanto y complemento para lo que se viene.
Si bien es necesaria la presencialidad para algunas obras, Verónica dijo que es interesante que cierta información se pueda visualizar de manera online: "Cada cuadro tiene mucha data, que a veces en la visita se pierde. Es que la obra en sí se lleva toda la atención, por eso decidimos colocarlo en las redes".
Al ser un espacio nuevo en la localidad, estuvo muy poco tiempo abierto al público. Durante ese lapso trabajó con visitas guiadas de diferentes escuelas. "Hicimos muchísimas actividades con chicos, que es algo que me apasiona mucho, pero al no haber clases nos dio la posibilidad de armar distintos contenidos, como por ejemplo utilizar material del archivo", contó la licenciada de 54 años.
A los que vienen a las visitas, siempre les digo que lo expuesto es una colección de nivel internacional en medio de una localidad como Banfield.
Según la experiencia y la opinión de Verónica, en el museo existe una obra "vedette" que es codiciada por cada uno que ingresa al espacio: una naturaleza muerta en la que se ve una serie de verduras se lleva todas las miradas en el Pío Collivadino ya que está al borde de ser un cuadro abstracto.
"A los que vienen a las visitas, siempre les digo que lo expuesto es una colección de nivel internacional en medio de una localidad como Banfield", señaló Wolcoff, quien está convencida que visitar el Museo Pío Collivadino es una muy buena oportunidad para ver en vivo obras de una gran calidad.
¿QUIÉN ERA PÍO COLLIVADINO?
Pío Collivadino fue un artista plástico de principios de siglo que, luego de formarse académicamente en Italia, regresó a Argentina para organizar una currícula, con el objetivo de que se formen diversos artistas, docentes, decoradores y escenógrafos. Además, conformó el directorio del Teatro Colón, creó los talleres de escenografía en dicho espacio y fue el diseñador de los primeros carnavales que se llevaban a cabo en Avenida de Mayo, alrededor de 1920.
Después de varias décadas y gracias a ese gesto, sumado al empuje de los vecinos, ese espacio funciona como museo nacional.
La historia de Pío Collivadino y Banfield tiende a confundir a los vecinos, ya que muchos creen que el artista se hospedaba en Medrano 165. Lo cierto es que en esa dirección vivía su sobrino Emilio, a quien Pío adoptó tras la muerte de su hermano. Fue Emilio quien heredó todas las obras y el archivo del artista, que luego de un tiempo donó a la Universidad de Lomas. "Después de varias décadas y gracias a ese gesto, sumado al empuje de los vecinos, ese espacio funciona como museo nacional", finalizó, orgullosa, Verónica.