El Día Mundial del Teatro y su historia 

mundos personales . Hay una jornada en el almanaque que celebra las artes escénicas que lleva más de 60 años con su incansable misión. 

El teatro celebra su día

El teatro celebra su día.

Cada 30 de noviembre se conmemora el Día del Teatro Nacional y la elección de ese día responde a que en esa fecha, de 1783, se inauguró el Teatro de la Ranchería. Pero la cosa no queda ahí y cada 27 de marzo se recuerda el Día Mundial del Teatro y esta fecha también tiene su historia. 

Corría 1961 cuando el Instituto Internacional del Teatro de la Unesco decidió organizar una jornada mundial para celebrar una de las más destacadas artes escénicas: la dramaturgia. 

De esta manera, los miembros de este organismo se encontraron en Helsinki, la gélida capital de Finlandia, apoyados principalmente por los países nórdicos y resolvieron iniciar con esta celebración cada 27 de marzo a partir de 1962. 

La elección de la fecha se debió a que desde 1954, todos los 27 de marzo se daba inicio a la temporada en el Teatro de las Naciones de París. De trata de un evento con en el que se pretendía lograr una comunión entre países luego de finalizada la Segunda Guerra Mundial, el conflicto bélico que dejó a buena parte de Europa en ruinas. 

La intención de declarar un Día Internacional del Teatro se basaba en dar a conocer a todos los habitantes del mundo sobre las artes escénicas en general. 

Por este motivo es que durante esta jornada se representan innumerables obras para todas las edades en distintos teatro promover el teatro en todas sus formas alrededor del mundo

Crear conciencia sobre el valor del teatro, además de permitir que la comunidad teatral promueva su trabajo a gran escala, para que los gobiernos y los líderes de opinión sean conscientes del valor y la importancia del teatro en todas sus formas, con el objetivo de obtener más apoyo.

Para disfrutar del teatro en todas sus formas. Para compartir la alegría del teatro con los demás. de distintas latitudes.  

La primera vez que se celebró el día, en 1962, el encargado de dar un discurso inicial, que se transformó en tradición, fue el poeta, dramaturgo y cineasta francés Jean Cocteau, que fallecía al año siguiente. 

Después, otros nombres destacados le siguieron como Arthur Miller, Laurence Olivier, Pablo Neruda, Richard Burton, Antonio Gala, Humberto Orsini, John Malkovich o Darío Fo. El argentino Jorge Lavelli fue uno de los que tomó la palabra en 1992. 

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