La historia detrás del Cementerio Disidente de Llavallol
HOY CUMPLE 122 AÑOS. La gran comunidad británica que había en Lomas en el 1800 forjó la necesidad de tener un lugar propio para enterrar a sus muertos, que no eran aceptados en espacios locales.
En el 1800, Lomas era "una pequeña Inglaterra". Así define ese momento histórico Bernardo Browne, presidente de la asociación administradora del Cementerio Disidente de Lomas de Zamora, para empezar a explicar por qué era tan necesario este espacio que hoy es pura mística e historia. Este viernes, el cementerio cumple hoy 122 años.
"Lomas fue la comunidad argentina-británica más grande del país. Los primeros inmigrantes británicos vinieron a trabajar tierras fueron los escoceses. Compraron campos en Llavallol y Monte Grande", comentó Browne. Con el paso de los años, se evidenció una necesidad urgente. La gente mayor comenzaba a morirse y la comunidad protestante no tenía dónde enterrarlos.
¿Por qué? "Los cementerios oficiales de Lomas de Zamora eran católicos, bendecidos por el obispo, y no permitía enterrar a gente que no era católica. Había muchos británicos, sobre todos los jóvenes que no eran creyentes, y eran considerados herejes, entonces no podían ser sepultados en el cementerio local", agregó.
Los cementerios oficiales de Lomas de Zamora eran católicos y no permitía enterrar a gente que no era católica. Había muchos británicos, sobre todos los jóvenes que no eran creyentes, y eran considerados herejes, entonces no podían ser sepultados en el cementerio local.
Con mucho trabajo y coordinación con los dirigentes de las Provincia de Buenos Aires, se pudo hacer el cementerio en 1898. Su primer sepultado, el estanciero inglés, James Gerry.
A fines del siglo XIX, el Ferrocarril Sud donó un importante predio con la condición de que fuera destinado para el uso exclusivo de un "Cementerio Inglés", como consta en la escritura original. En ese momento se hizo cargo del Cementerio la Sociedad Británica de Lomas de Zamora, que era la figura legal de la Iglesia Anglicana de la Santísima Trinidad de la localidad.
En 1967 finalmente se creó la figura legal Asociación Cementerio Disidentes de Lomas de Zamora, quien asumió la responsabilidad de la administración y mantenimiento del predio, que cuenta con siete hectáreas.
Sólo basta dar un paseo para entender la importancia del espacio y encontrar historia en cada construcción, como la capilla que se hizo en 1922. "En Lomas fueron muchísimos hombres de voluntarios a la primera Guerra Mundial. En recuerdo a los que fallecieron se logró hacer la capilla con una contribución comunitaria y tiene grabados todos los nombres de las personas que no volvieron", contó Browne.
El Reloj del Sol es otra de las atracciones del lugar, ubicado a pocos metros del Instituto Fitotécnico de Santa Catalina, con entrada por la calle Garibaldi al 3500. Este reloj da testimonio de que a través del tiempo, en cada rincón de este espacio centenario, se mantuvo el respeto por las tradiciones.
EL Reloj del Sol da testimonio de que a través del tiempo, en cada rincón de este espacio centenario, se mantuvo el respeto por las tradiciones.
Hoy, bajo la denominación de Cementerio Parque Bosques de Santa Catalina continúa bajo la administración y sostenimiento de la Asociación Cementerio Disidentes de Lomas de Zamora, como una propuesta abierta a todas las personas de distintas nacionalidades pertenecientes a cualquier culto disidente.
"No es un cementerio británico, como le dicen, es un cementerio abierto a los disidentes y a los católicos también. En este momento es más católico que no católico", aclaró Browne.