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Se encamina al juicio abreviado la causa por el crimen de Uriel Bejarano

UN DETENIDO. El acusado cumple prisión preventiva, a la espera de ser juzgado. La víctima tenía 17 años, y murió apuñalado, cerca de la estación de trenes de Santa Catalina.

El adolescente habría sido emboscado por un sujeto dedicado a la venta de drogas

El adolescente habría sido emboscado por un sujeto dedicado a la venta de drogas.

La investigación por el crimen de Uriel Bejarano, el joven de 17 años asesinado a puñaladas cerca de las vías de la estación de trenes del barrio Santa Catalina, a fines de diciembre de 2022, se encamina a un juicio abreviado en el que podría ser juzgado el detenido.

"El 18 de octubre pasado, los padres de las víctimas manifestaron su conformidad para que la fiscalía lleve a cabo las diligencias necesarias, tendientes a arribar a un acuerdo como alternativa a la realización del debate oral y público", indicaron fuentes judiciales a La Unión.

La causa había sido elevada a juicio semanas atrás, e incluso se había sorteado el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 6 de Lomas de Zamora, cuyos jueces deberán juzgar a Fabricio Luque.

El imputado cumple prisión preventiva por el delito de "homicidio simple", tal como había sido caratulada la causa por el fiscal Gerardo Mohoraz, de UFI 6 de Lomas.

Luque había sido detenido por Gendarmería Nacional Argentina (GNA) mientras se encontraba en situación de calle, en la villa 1-11-14, en el barrio porteño Padre Ricciardeli.

El crimen de Uriel Bejarano

Uriel fue asesinado el 28 de diciembre del 2022, luego de que saliera de su casa, ubicada en Arana Goiri y Neuquén, en Villa Albertina.

Minutos antes, había arreglado encontrarse con una joven para que le venda algunas dosis, debido a que tenía problemas de adicción a las drogas. No obstante, este encuentro se habría tratado de una trampa.

La mujer llegó al lugar con su novio, que atacó a Uriel con un elemento cortante. A pesar de que el adolescente trató de defenderse, sufrió graves heridas que le provocaron la muerte.

Sin embargo, antes de morir, le contó a una vecina cercana a la estación de Santa Catalina quién lo había apuñalado, mientras que el asesino escapó y estuvo prófugo hasta que lo detuvieron días posteriores en la villa 1-11-14, en el barrio porteño Padre Ricciardeli.

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