No es posible tener una vida feliz sin amigos

de puño y letra. A propósito del Día del Amigo, la importancia de tener seres fundamentales por fuera de la familia, que nos ayudan a consolidar nuestras raíces y nos alimentan. 

Ya son casi 13 años de compartir historias con ustedes en el diario de nuestro barrio

Ya son casi 13 años de compartir historias con ustedes en el diario de nuestro barrio.

Hola de nuevo, queridos amigos de La Unión. ¿Cuánto tiempo juntos, no? Ya son casi 13 años de compartir historias con ustedes en el diario de nuestro barrio. Para mí es un verdadero orgullo ser -además de vecino- su amigo. Porque de verdad así los considero. 

Hace algunos años, durante una de esas largas y solitarias noches frente a la cámara de TN de Noche, bastante antes de que naciera el Prende y Apaga, se me ocurrió empezar a llamar "amigos" a quienes me bancaban del otro lado de la pantalla. ¿Quiénes iban a estar peléandole al sueño y escuchándome dar las noticias a esa hora, tan tarde? Solo mis amigos... 

De allí en adelante, ese "amigo" se transformó en uno de mis lemas y mis muletillas más reconocibles como presentador de noticias. 

Los amigos son seres por fuera de la familia que constituyen una parte fundamental de nuestra vida. Personas que elegimos por afinidad o por afecto. Los que nos ayudan a consolidar nuestras raíces y nos alimentan. Con ellos no hay secretos ni excusas, porque nos entienden. Un amigo no te envidia, un amigo comprende. Un amigo disfruta con tus éxitos y no te abandona en tus fracasos. Un amigo es aquella persona que sabe todo de vos y te quiere tal cual sos, sin pedirte nada a cambio.  

Estoy convencido de que no es posible tener una vida feliz sin amigos. Me parece fundamental para nuestro desarrollo, para nuestro crecimiento como seres humanos. La amistad no se impone, no se programa. La amistad está. Es cierto que el concepto de amistad se va transformando: no es el mismo el que podemos tener cuando somos adolescentes al que invocamos de adultos, con menos tiempo para verse.  

Luego de mucho andar, uno entiende que con los amigos compartimos todo: los buenos y los malos momentos. Y no hace falta estar todo el tiempo juntos para entenderlo. A veces, una charla, un asado, unas vacaciones o simplemente un llamado sirven para volver a acercarse.  

Recuerden que la amistad no tiene que ver con quienes conocés hace mucho. Tiene que ver con quienes llegaron y, sin importar la distancia ni las diferencias que puedan surgir a lo largo de este complicado camino, nunca se apartaron del todo de tu vida. 

Aprovechando que el pasado jueves festejamos otro el Día del Amigo en Argentina, no quería dejar de saludarlos y agradecerles por acompañarme en La Unión, el diario de Lomas. Gracias por estar, siempre. 

Me despido como siempre: te lo dice un amigo. ¿Quién si no? Nos vemos la semana que viene en el querido diario de Lomas de Zamora. 

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