Compay Segundo, el gran trovador del son cubano 

mundos personales . El artista fallecía hace dos décadas a los 95 años, luego de saltar a la fama mundial en el último tramo de su larga vida. 

Legendario artista

Legendario artista.

Compay Segundo, leyenda del son cubano, disfrutó de una segunda juventud cuando a los 90 años se lanzó a recorrer el mundo vestido con un impecable traje y sombrero. Falleció hace dos décadas, el 14 de julio de 2003, a sus 95 años. 

Nacido en 1097 como Máximo Francisco Repilado Muñoz, hijo de un empleado de ferrocarril andaluz y de una negra criolla, de pequeño vivió todo el esplendor de la música cubana de los '20. Empleado en una fábrica de tabaco, tuvo siendo aún muy niño sus primeros contactos con la música frecuentando asiduamente el pequeño mundo de los trovadores que componían acompañados de su guitarra.

Pronto aprendió el manejo del tres (instrumento de sólo tres cuerdas y típico de las zonas rurales cubanas) y luego a tocar el clarinete. 

A los 15 años compone su primera canción que tituló "Yo vengo aquí". En 1934 se une al grupo Cuban Starts del célebre músico Ñico Saquito y dos años más tarde parte para México como miembro del Cuarteto Hatuey que formó con el hermano de Antonio Machín, Evelio, Marcelino Guerra, Armando Dulfo y Lorenzo Hierrezuelo, con el que compartiría años más tarde el dúo Los Compadres.

De ahí, al ser segunda voz, es de donde surge su nombre artístico de Compay Segundo. Con Evelio Machín rodará en México la película "México lindo".

A principios de los '40, el célebre músico Miguel Matamoros lo contrata como clarinetista para tocar con su grupo del que también formaba parte el legendario Benny Moré, y con los que cosecharía grandes éxitos. 

Dejó esta orquesta 12 años más tarde cuando la popularidad del dúo "Los Compadres" que él había formado en 1948 con Lorenzo Hierrezuelo le empezó a reclamar gran parte de su tiempo. 

Hierrezuelo sustituyó a Compay por un hermano suyo y el cantante retornó a su antiguo trabajo en la fábrica de tabaco. Tras el triunfo de la revolución en Cuba en 1959, trabajó en la prestigiosa fábrica de manufactura H. Upmann de la Habana. Además, pasó dos años en China donde aprendió técnicas de agricultura.

En 1970, tras su jubilación, retoma la música, sobre todo el armónico, un instrumento híbrido de guitarra española y el tres cubano que tanto le gusta tocar, y forma un grupo con la intención de grabar un disco en un estudio. 

Regresa por un tiempo a Santiago, su provincia natal, y allí crea el Cuarteto Daiquiri y toca con el famoso Cuarteto Patria con quien viaja en 1989 a Washington para participar en un Festival organizado por el Instituto Smithsonian. 

En esta ocasión canta por primera vez su famosa composición "Chan Chan" que pronto se convertirá en un clásico del son cubano. En esta época nacerá Compay y sus Muchachos. 

Su explosión mundial se produjo en 1997 cuando sale editado su disco "Buena vista Club Social" un trabajo producido por el músico estadounidense Ry Cooder y grabado en Cuba, donde recopiló una selección de la música tradicional cubana y en el que participaron diferentes músicos cubanos. 

El álbum, que fue todo un éxito discográfico, obtuvo un grammy. En 1999 se produce el estreno mundial del documental "Ry Cooder and The Buenas Vista Social Club", dirigido por Wim Wenders, filmado en La Habana con los músicos Compay Segundo, Omara Portuondo y otros que formaron parte del disco "Buena Vista Social Club". 

En 1999 salió a la luz "Calle salud", álbum con el que realizó una gira por Europa. Al año siguiente edita "La flores de la vida" trabajo por el que consiguió una candidatura al Grammy en 2002.

En noviembre de 2001, en vísperas de cumplir 94 años, debuta como dramaturgo con la pieza de teatro musical "Se secó el arroyito".

En los últimos meses de su vida había sufrido un deterioro sucesivo en su estado de salud debido a un desgaste metabólico agudo con insuficiencia renal. 

La enfermedad le obligó a cancelar un concierto que tenía programado en Londres y otras presentaciones en España y Portugal. 

Hasta pocos meses antes de su muerte siguió dando conciertos en el extranjero, disfrutando de esa gloria tardía con la energía y el entusiasmo de quien lleva toda la vida esperándola y cumpliendo su promesa de no retirarse jamás ni del son ni de las mujeres. 

Con la picardía y el sentido del humor que no perdió nunca, presumía de haber tenido en sus brazos a más de 50 mujeres y de estar tratando de tener otro hijo. 

"Las flores de la vida le llegan a todo el mundo, lo que hay que hacer es estar atentos para no perderlas. Las mías me llegaron pasados los 90 años", dijo en una oportunidad en una entrevista, sosteniendo en la mano uno de los cigarros habanos que aseguraba haber fumado desde que tenía 5 años. 

Pero no pudo concretar su sueño de cumplir 116 años, edad a la que murió su abuela, una esclava.

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