"El sodero de mi vida", Pol-ka y la fórmula del costumbrismo
TV Retro. Con Dady Brieva y Andrea del Boca, la ficción fue un verdadero éxito a partir de especialidad de la productora de Adrián Suar.
Pol-ka volvió a apelar al costumbrismo, una fórmula que la productora de Adrián Suar tuvo bien aceitada, en "El sodero de mi vida", la exitosa ficción que se pudo ver en la pantalla de El Trece en el convulsionado 2001.
La tira se valió también del barrio, la clase laburante y una antigua fábrica de soda con los protagónicos de Andrea del Boca y Dady Brieva, una extraña pareja con integrantes de mundos muy distintos.
La ficción estuvo en pantalla desde el 5 de marzo de 2001 al 25 de enero de 2002 con 231 episodios que orillaron un promedio de 20 puntos de rating, una cifra difícil de empardar en la televisión actual.
Al margen de la dupla protagónica, Alberto Martín, Rita Cortese, Carola Reyna, Raúl Taibo, Mirta Wons, Dolores Fonzi, Perla Santalla, Diego Pérez, Jimena Barón, Joaquín Furriel y Fabián Mazzei completaban el reparto.
También aparecieron en distintos capítulos Eduardo Blanco, Facundo Espinosa, Favio Posca, Jessica Schultz, Peto Menahem, Érica Rivas, Graciela Tenenbaum, Raúl Rizzo, Carlos Portaluppi, Matías del Pozo, , Luciano Cáceres, Victor Bo, Gabriela Sari, Eugenia Tobal, Adrián Martel, Melina Petriella y Adriana Salonia.
Alberto (Dady Brieva) está a cargo de la sodería que hace 50 años montó su padre con mucho esfuerzo, pero está a punto de perder su negocio y decide aceptar la oferta de Hipólito (Alberto Martín) de comprar la fábrica.
Creyendo que esto le permitirá modernizarse, pretende quedarse con un pequeño porcentaje y con el gerenciamiento de la sodería, sin saber que el plan de Hipólito y de su socio Orlando (Fabián Mazzei) es tirar abajo la fábrica para levantar allí un moderno edificio.
En el medio aparece la hija de Hipólito, Sofía (Andrea Del Boca), de profesión psicóloga, que es la mujer de Orlando.
Alberto se enamorará de ella a primera vista, y hará todo lo posible para salvar la fábrica y evitar que quede convertida en escombros.
Alberto, que cada vez que dice su apellido Muzzoppapa agrega el infaltable con "doble Z y doble P", para remarcar el origen tano, es un tipo con los códigos de barrio y que carga orgulloso con la tradición familiar. Es el líder del numeroso clan familiar y debe velar por continuidad de la sodería.
Sofía Campos está en las antípodas. Viene de otro palo, es profesional universitaria y prefiere el agua mineral a la soda.
La historia de amor es el argumento central, mientras otros conflictos paralelos se van entrelazando.
Pol-ka ya había apelado a colectiveros, taxistas, boxeadores, futbolistas y a otros personajes urbanos y reconocibles. "En el sodero " le volvió a sacar el jugo al costumbrismo y no le fue nada mal. La temática se reformuló con policías, integrantes de la colectividad gitana, otra vez futbolista y más historias de amor con personajes de orígenes antagónicos.