A los 65 no pierde la esperanza de encontrar a su madre biológica

HISTORIA DE VIDA. Carlos Padilla, vecino de Lomas, se enteró hace 20 años que era adoptado: "Mi deseo de corazón es que alguien se pueda acercar y diga que sabe algo".

Carlos Padilla (65) es un vecino de Lomas como cualquiera. Con una esposa y cuatro hijos, vive en su casa de la calle Portela, pero hay algo que todavía no pudo resolver: sus orígenes. Es que, a los 45 años, se enteró de que era adoptado y busca a su madre biológica. 

La particular historia surge a partir de que Carlos es lector de La Unión. Al encontrar una noticia que lo interpeló, decidió contactarse y contar su vivencia con la esperanza de que algún vecino sepa algo

"Mi deseo ferviente y de corazón es que alguien, cuando lea la noticia, se pueda acercar y diga que sabe algo. Eso cerraría el círculo que tengo pendiente, y por lo menos sabría de dónde vengo. Ese es mi interés", comentó, en charla con este medio. 

SU HISTORIA 

Para conocer el inicio de esta historia hay que retroceder 20 años en el tiempo. A los 45 años, Carlos se encontraba junto a su madre "del corazón" en su casa de Lomas. Ella tenía Alzheimer y, en medio de una conversación, reveló la verdad. 

"Me contó que un doctor de apellido Hefner, que resultó ser mi pediatra y vivía en el centro de Lomas, me había traído a casa y ella, aunque tuvo miedo, me aceptó. En el acta de nacimiento figuro que soy hijo de ellos", relató. 

En un principio, Carlos aceptó la noticia. Si bien tuvo "momentos de enojos", pasó "por varias situaciones" que pudo superar gracias al apoyo incondicional de su esposa. 

"Quizás en algún momento tuve dudas respecto a mi origen por la edad de mi mamá, ya que era una mujer mayor y yo pensaba que no me podía tener a una edad tan grande. Sin embargo, como yo era igual que ella, no me parecía tan raro. Al fin y al cabo, éramos los dos rubios de ojos celestes", comentó.

Con esta información ya presente, comenzó a indagar. "Empecé a hablar con mis parientes, con mis tíos y primos, preguntándoles si era verdad que yo había sido adoptado. Todos me lo confirmaron, que no era hijo de mis padres del corazón, pero nadie sabía de dónde había venido", precisó. 

LA ÚLTIMA INFORMACIÓN

En medio de toda esta búsqueda, Carlos decidió ir por el doctor que su madre le había dicho que lo había llevado a la casa, quien había sido su pediatra, el doctor Hefner. "Vivía a la vuelta nuestro. Yo creí en una vivienda sobre Gorriti al 200, y él tenía su domicilio sobre España o Italia, no recuerdo", detalló.

 "Lo pude contactar. Cuando fui a la casa y le conté la situación, de que yo me había enterado que no era hijo de mis padres del corazón, me dijo: 'Realmente no sé quiénes son tus padres verdaderos. Pero si supiera, no te diría'", afirmó.

Tras ir una o dos veces más, "siempre con la misma pregunta, con la misma incertidumbre", finalmente algo pasó. "Una vez de esas me atendió su esposa, y me dijo que había fallecido. Es así como la única persona que tenía o me podía dar alguna información, murió", lamentó. 

La única persona que tenía o me podía dar alguna información, murió

Carlos, en este contexto, se había enterado que este doctor había trabajado en el Hospital Gandulfo, pero nunca obtuvo ninguna precisión. "Pienso que quizás alguna información hay, pero realmente no sé", señaló.

SIGUE DE PIE

"Nunca perdí la esperanza de poder saber quién era mi madre biológica", insistió en varias oportunidades este vecino de Lomas. ¿El motivo? "No para reprocharle nada, sino para que me diga cuál fue su situación", dijo.

"En esta época es todo muy distinto a como lo era 60 años atrás. No la juzgo ni la juzgaría, si es que llegara a estar viva, si me pudiera encontrar con ella. Le agradecería haber tomado la decisión de haberme entregado. Le agradecería el hecho de estar vivo", recalcó.

En este marco, junto a la esperanza de saber de dónde viene también está la curiosidad por la posibilidad de que haya algún "pariente o medio hermano" que le cuente lo sucedido.  

"Toda mi familia ya sabe la situación que estoy pasando. Mis cuatro hijos lo saben. Siempre me alentaron para averiguar mis orígenes. Pero todos sabemos que acá es difícil. Más sabiendo que no tengo ni siquiera el nombre de mi madre", lamentó.

Mis cuatro hijos lo saben. Siempre me alentaron para averiguar mis orígenes

Y continuó: "Se que nací un 3 de noviembre de 1956, y en el acta de nacimiento figura que nací en la casa de mi madre. Nada más. El único que podía llegar a tener esa información fidedigna es el doctor Hefner, que se lo llevó a la tumba". 

Finalmente, Carlos dejó en claro que todavía abriga esa esperanza de conocer a su madre, la cual lo pudo haber tenido de adolescente, "así que podría tener ahora unos 80 años". "O quizás tengo un medio hermano, o algo. La verdad es que me gustaría reencontrarme con mis orígenes", indicó. 

"Mi deseo ferviente y de corazón es que alguien, cuando lea esto, se pueda acercar y diga que sabe algo. Eso cerraría el círculo que tengo y por lo menos sabría de dónde vengo. Ese es mi interés", completó Carlos, vecino de Lomas y lector del diario La Unión