Día de la Madre: el orgullo de compartir en familia
CONEXIÓN. Tres mamás lomenses contaron su experiencia de hacer la misma actividad que sus hijas. El arte es el medio por el cual coinciden sus pasiones.
El Día de la Madre siempre es especial. Regalos y reuniones decoran una fecha muy importante en Argentina, que se celebra el tercer domingo de octubre. Pero el amor hacia mamá es un sentimiento que se trasmite los 365 día del año y muchas veces se ve reflejado en actividades en común. Tres madres lomenses contaron que el arte es el medio por el cual comparten pasiones con sus hijas, lo cual les genera un enorme orgullo.
ESPACIO EN COMÚN
Estela Fernández Sosa es una artista plástica lomense que durante muchos años dictó talleres. Y en ese mismo espacio es que su hija, Lucila Quiroga, se crió y creció "entre caballetes, pinceles y rodeada de gente que venía a aprender".
"Mi hija decidió seguir ligada al arte en la Escuela Nuestra Señora del Carmen y, ya más en su adolescencia, comenzó a tatuar", reveló Estela.
La pandemia se hizo presente y Estela debió cerrar el taller, ya que no podía dictar las clases presenciales. Lejos de bajar los brazos, se reinventó y nació un nuevo proyecto: "En ese mismo espacio decidimos armar, junto a mi hija, Garage Ink, un lugar lleno de arte, sumado a los tatuajes, la pintura, el dibujo y hasta una feria americana. Es un lugar donde compartimos nuestra pasión y felicidad, una actividad entre madre e hija".
ARTESANÍA EN TRES GENERACIONES
En la misma línea del arte también es que Graciela Blas disfruta tiempo con sus hijas y también con sus nietas. Una pasión bien de familia. "A mis dos hijas les encanta la artesanía. Noelia trabaja de eso con su empresa de diseño y estampado y Julieta no lo ejerce, pero ambas tienen mucha habilidad para la profesión", admitió.
Lo emocionante es que ese amor por la artesanía ya llegó a la tercera generación. Como abuela, Graciela ve a diario como la hija más grande de Noelia también sigue el mismo camino de su mamá: "A mi nieta le gusta hacer pulseras y muñecos tejidos. Es un compartir constante, siempre estoy para mis hijas y mis nietas. El arte nos une".
NARRACIÓN Y BAILE, UNA SOLA PASIÓN
Otro caso es el de la narradora oral Graciela Joaquín, madre de Sofía Bensel con quien comparte los gustos por las danzas árabes: "Ella se desempeña como profesora de este tipo de danza, además del folklore".
"Cuando yo era muy chica, mi papá, que era inmigrante árabe, me narraba cuentos y me cantaba, era un apasionado por la música y por recordar sus raíces. Eso me lo trasmitió y fue así que mi hija decidió estudiar danzas árabes", contó Graciela, que mucho tuvo que ver como nexo y eslabón entre abuelo y nieta.
Graciela y Sofía supieron fusionar el amor que tienen por ambas ramas del arte y hasta compartieron escenario, ya que hicieron varias presentaciones juntas, donde "nuestras miradas se cruzan y llegamos a tener un diálogo de alegría que se funde en el arte y en el amor fraternal".
"Como madre le enseñé muchas cosas, pero ella también me instruyó. Disfrutamos de cada momento acompañándonos mutuamente, siendo conscientes de que la vida hay que honrarla y la mejor manera es haciendo lo que nos gusta", cerró Graciela, con la voz notablemente resquebrajada.
