El Club Juventud Obrera nació en un almacén de barrio y hoy cumple 100 años 

FUTSAL, BOCHAS Y MÁS. La institución social y deportiva nació en 1921 y, desde ahí, no paró de progresar. Las familias de Turdera, la clave del éxito para llegar al centenario.

"El club es de la familia", es una frase que retumba y resuena entre las paredes de la institución. Seis palabras que pasaron de generación en generación y que parecen ser la fórmula del éxito: con ese ideal, el Club Social y Deportivo Juventud Obrera de Turdera cumple hoy sus primeros 100 años de vida. Hugo Brolis es socio del club y fue presidente de la institución por aproximadamente tres décadas. Contó cómo surgió la entidad en un almacén muy famoso del barrio, los primeros pasos y hasta la trasformación del nombre, de Estrella Roja a ser llamado como se lo conoce hoy en día.

"El club empezó a formarse en el viejo almacén de Abruccio, ubicado en Divisoria (30 de Septiembre) y General Roca. Varios muchachos se juntaron y comenzaron a armar un equipo de fútbol", relató Hugo sobre los primeros pasos de la institución, ubicado en la calle Santa Ana 335. Rápidamente contó que, luego del equipo de fútbol, armaron una cancha de bochas para tener dos deportes y después "se pusieron a juntar dinero para comprar los terrenos".

El club empezó a formarse en el viejo almacén de Abruccio, ubicado en Divisoria (30 de Septiembre) y General Roca. Varios muchachos se juntaron y comenzaron a armar un equipo de fútbol.

Para Brolis, la figura de un vecino de apellido Marcicano fue fundamental para que Juventud Obrera pueda encaminar su actividad jurídica para ser lo que es hoy en día. "Sin ser miembro directivo, fue uno de los que ayudó para que se hagan los trámites correspondientes ante las distintas autoridades", sostuvo el hombre de 67 años.

Inmediatamente se le vino a la cabeza un recuerdo de su infancia, que justamente va de la mano con el crecimiento de Juventud Obrera: "Tengo en mi memoria imágenes de los andamios, armados y listos para levantar las paredes y colocar los techos de la cancha de paleta".

"El frente tenía un paredón con pequeñas ventanas, que funcionaban como boletería, y había dos portones para poder ingresar. Entre las décadas del '80 y '90 se hicieron las obras que aún se conservan", detalló Hugo, que demostró nuevamente que su memoria está intacta.

"De a poco, el club creció y comenzaron a sumarse más actividades. Como el club todavía tenía la cancha de tierra, se empezaron a hacer distintos eventos para juntar plata y así progresar", explicó Hugo, que aseguró que por Juventud Obrera pasaron "las mejores bandas de la época". Hoy, con sus canchas de cemento, el club se luce en futsal, bochas, pelota paleta, vóley y básquet.

La institución nació como Estrella Roja y fue porque había mucha gente socialista. De todas formas, le negaron ese nombre y mutó a Estrella Federal, que también fue rechazado. Así fue que se llegó a elegir Juventud Obrera.

Pero el Club Social y Deportivo Juventud Obrera no siempre se llamó así. "La institución nació como Estrella Roja y fue porque había mucha gente socialista. De todas formas, le negaron ese nombre y mutó a Estrella Federal, que también fue rechazado. Así fue que se llegó a elegir Juventud Obrera", admitió Brolis.

Cumplir 100 años no es para cualquiera. Ante la consulta de cómo se logró llegar al centenario, Brolis dejó una frase que escuchó mucho durante su paso por la institución lomense: "El club es de la familia". Y vaya si lo es, porque Hugo lo demuestra con hechos: su abuelo, su padrino y uno de sus primos atendieron el buffet del club en distintas épocas, mientras que su padre supo ser presidente por dos mandatos, ese cargo que él también ocupó con mucha responsabilidad. "Actualmente, mi hijo es el presidente", dijo, como un cierre en la cadena de traspaso. Y es que, de eso se trata.

El club es de la familia.

Hernán Brolis es hijo de Hugo, quien actualmente es el encargado de llevar las riendas del club: "Ser el presidente en este centenario es un tremendo orgullo. Mi familia me inculcó el amor por el club y doy lo mejor de mí para que la institución crezca".

Y en ese afán de crecimiento, Hernán contó que el club mutó para mejor en los últimos años, ya que la inclusión se volvió un tema trascendental entre los socios: "Antes no teníamos deportes para el género femenino, ahora sí tienen posibilidades de ser parte con el fútbol, el voley y también con zumba. Incluso estamos armando un vestuario para ellas, esto nos permitió crecer y tener un movimiento mínimo de cien personas por día en el club".

"Pasaron muchos presidentes y familias enteras por la institución, la mayoría de Turdera, quienes fueron los verdaderos sostenes de la entidad", recalcó Hugo.

Brolis (padre) no quiso dejar pasar la posibilidad para agradecer la ayuda del Municipio de Lomas, un sostén importante para su crecimiento: en dos ocasiones, les remodelaron la cancha de fútbol, además de facilitarles subsidios para obras que hoy en día siguen utilizando los vecinos de Lomas.