Los Di Martino, una familia que tiene al vóley como estilo de vida

Desde la cuna. Antonella es jugadora de Lomas y la más chica de tres hermanos y un papá vinculados al deporte. Hoy espera la reapertura de actividades para volver a competir.

Un apellido tan italiano como Di Martino no podía estar alejado de sus propias raíces, de su propia tradición. En este caso, el vóley es lo que se transmitió de padres a hijos generando una familia entera de jugadores y jugadoras de este deporte.

Antonella Di Martino es la actual representante de la familia en Lomas Vóley. Con 27 años forma parte del equipo que espera ansioso por volver a la competencia a medida que avanza la reapertura de actividades en el país.

Su historia de bloqueos y remates empezó a escribirse a los 7 años en el Club Banfield. Siendo la más chica de cinco hermanos, tres de ellos ya jugaban vóley cuando decidió arrancar y su papá lo había hecho desde adolescente hasta los 60 y largos. "Tengo recuerdo de haber hecho otros deportes, pero el único que me cautivó y me enamoró hasta el día de hoy fue el vóley. Y no fue por obligación: una amiga de mi hermano estaba en Banfield, él me ofreció arrancar y ahí empezó todo", contó. Con el tiempo, Mauro se instaló en España para jugar, Tomás estuvo un tiempo en Lomas y en Italia compitiendo y Luciana lo hizo en Banfield, Lanús y Lomas.

Tras una etapa de Inferiores durante 15 años en el Taladro, a los 22 pasó a Lomas donde se encontró con un ciclo más competitivo para su formación. "Mi hermana era parte del plantel así que me entusiasmaba la idea de poder jugar con ella que tiene 13 años más. Sabía que no iban a haber muchas chances en el futuro y no la desperdicié", relató. "Lomas me gustaba además porque tenía un equipo competitivo, venía ascendiendo, se entrenaba en el Microestadio y el equipo masculino había generado una visibilidad que estaba buena", agregó.

A raíz de la pandemia, la actividad quedó prácticamente detenida en el tiempo durante el último año y medio y todo lo presencial pasó a las salas de Zoom. Sin embargo, para Di Martino tuvo un lado positivo. "De alguna forma me benefició porque pude recuperarme de una rotura de ligamentos cruzado anterior que tuve en 2019 y que fue durísima porque estábamos pasando por un buen momento personal y como equipo y sentí que se me venía todo abajo. Esto me permitió rehabilitarme y nivelarme con el resto de mis compañeras que también habían tenido que parar. Para mí, el vóley es lo que organiza el resto de mi vida por lo que sentía que me sacaban lo que más quiero cuando me lesioné", explicó Antonella que, aprovechando el parate, se recibió de fotógrafa y terminó sus estudios en la rama audiovisual.

Para mí, el vóley es lo que organiza el resto de mi vida por lo que sentía que me sacaban lo que más quiero cuando me lesioné

A principios de 2020, cuando la pandemia daba un poco de tregua, el elenco lomense llegó a disputar tres partidos, pero rápidamente volvió el encierro. Hoy, la Primera División del Torneo Metropolitana donde compite Lomas está suspendida y se reprogramará. "Fue una pena porque se había empezado a gestar un equipo competitivo, con dos entrenadores, un preparador físico especializado, trajeron refuerzos, nos entregaron indumentaria a cada una. Y una se prepara para competir que es lo que te muestra como estas como equipo. Afecta mucho no hacerlo, pero es lo que tenemos en este momento y hay que adaptarse", señaló.

A la espera del regreso y mientras entrenan virtualmente, Antonella apoya una iniciativa que apunta a elevar la vara del deporte. "Formó parte del Colectivo Feminista 'Doble Cambio', el cual está conformado por jugadoras y ex jugadoras, entrenadoras y dirigentas, que estamos trabajando para lograr un mejor vóley femenino, más amplio, no solo para las que reciben un sueldo a cambio sino para todas las mujeres, que empiece a ser más visible, desmitificar las diferencias con el masculino, hacerlo más justo", concluyó.

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