Silvina Aspiazu y Maximiliano Ferreyra, entre la música y el amor
Día de los Enamorados .
Él la conoció como público en el Banfield Teatro Ensamble y luego comenzaron a “interesarse el uno por el otro”. La guitarrista y el percusionista comparten proyectos artísticos, como “Btedemí (y los siete boleros capitales)”.
Maximiliano Ferreyra conoció a Silvina Aspiazu como público en el Banfield Teatro Ensamble, luego llegaron a verse cara a cara y al tiempo comenzaron una relación que lleva ya ocho años, mientras que actualmente están compartiendo proyectos musicales y el mismo lugar de trabajo, mientras transcurren por un nuevo Día de los Enamorados o de San Valentín, como cada uno guste en llamar.
“Conocí a Silvina como público en 2008 cuando vine al Ensamble. La vi a ella tocando en el escenario, ése fue el primer contacto visual. Con el tiempo, en unas fiestas que se hacían a la tarde me puse a charlar con ella y a partir de ahí empezamos a interesarnos el uno por el otro”, comenta Maximiliano a sobre el comienzo de la historia.
Silvina también aporta lo suyo sobre el inicio de la relación. “Nos conocimos por unos amigos en común. Al principio él era público, ahora está trabajando en el Ensamble”, acota.
Silvina Aspiazu es una notable guitarrista que está al frente de los proyectos musicales del Ensamble y muestra su talento en las seis cuerdas en distintas formaciones, como en Raskoski Hot Club, un grupo que recorre el jazz de los ’20 y los ’30, que está a punto de lanzar su tercer disco.
Mientras que Maximiliano Ferreyra es percusionista y también está a cargo del área de mantenimiento y de la gestión de subsidios de este espacio de Lomas. Además, es bartender en la barra durante los fines de semana.
Juntos a la par. Silvina y Maxi comparten el espectáculo “Btedemí (y los siete boleros capitales)”, una puesta musical, teatral y de humor que cuenta la historia de Avaricio Baldes, Estrella y la familia Lópe de B, narrada a través de un recorrido por las canciones fundamentales de la lírica boleril y la música latinoamericana.
En este espectáculo Silvina es guitarrista y directora, y Maxi es uno de los percusionistas. “Todo depende de las personas, por la experiencia que veo, puede funcionar perfectamente. Está buenísimo compartir con tu pareja los éxitos y los placeres”, apunta Silvina sobre cómo puede ser combinar una relación de pareja con el trabajo.
“Silvina es la que coordina los ensayos, el vestuario y los arreglos. Ella está al frente de la agrupación en este espectáculo, es algo que disfrutamos mucho y ya grabamos un disco en vivo”, agrega Maxi o el “Ruso”, como se lo conoce.
Ambos también comparten tablas en los bloque musicales que tiene el Café Concert del Ensamble y Maxi se suma como percusionista a “Mujeres entre actos”, un espectáculo teatral y musical que Silvina comparte con Agustina Sanguinetti, Elvira Gómez y Ayelén Machena.
Cuerdas y tambores
Maxi es un percusionista de amplio espectro y se adapta a distintos géneros, ejecutando el bombo criollo, el cajón peruano, la quijada de burro y las congas, según cada género lo requiera.
“Admiro mucho como artista a Silvina, la facilidad que tiene interpretar cualquier género, ya sea rock, folklore o jazz. La tiene muy clara con la guitarra, cuando toca con Raskoski no se le ven los dedos por la velocidad que tiene, es admirable. También toca clásica con gran elegancia y compone muy bien”, sentencia Maxi.
Si bien cada uno viene de distintos universos musicales, comparten gustos artísticos, que pueden incluir ritmos afroperuanos y el jazz, entre otros géneros.
“Como es percusionista, a Maxi le gusta más la parte latina, pero es superabierto, incluso a grupos de jazz que pueden ser insoportables”, cierra Silv