De un chocolate a toda una vida juntos: la historia de amor que nació en el Teatro Español
historias lomenses.
La vecina Teresa Font conoció a Miguel Ángel, caramelero del lugar, cuando fue a ver una película. El flechazo fue instantáneo y pactaron su primera cita al salir de las salas. Cómo siguió la historia.
El chocolate fue el punto de partida para toda una vida juntos. La vecina Gloria Teresa Font, más conocida por su segundo nombre, fue en 1963 al Cine Teatro Español de Lomas para festejar su cumpleaños número 17 y se enamoró del caramelero, Miguel Ángel Garelli, quien le regaló una tableta de cacao y la invitó a una primera cita. “Iba sábado y domingo a ver las mismas películas. Fue mi segunda casa y, cada vez que paso por su puerta, se me vienen a la cabeza todos estos hermosos recuerdos”, contó la lomense, quien detalló cómo continuaron con la relación, hasta casarse y tener hijos.
“El día que lo conocí, yo cumplía 17 años y fui con mi hermana al Cine Teatro Español. Fue el 21 de abril de 1963.” Así empezó Teresa a contar su historia de amor y lo que fue el primer contacto que tuvo con el caramelero del lugar los fines de semana y quien en un futuro sería su pareja, su esposo y el padre de sus cuatro hijos.
“Cuando prendieron las luces por primera vez, le compré maní con chocolate. Antes de la segunda película, mi hermana quería un turrón, entonces él se acercó, me regaló una barra de chocolate, y me susurró: ‘Esto va de obsequio para Usted’”, siguió con el relato la lomense de 74 años. Miguel Ángel dio el primer paso en una historia en la que ambos se enamoraron aquel otoño del ’63. Y a la salida, la acompañó hasta la estación, donde sus caminos se separaron pero no sin antes coordinar una cita. “El próximo jueves, a las siete de la tarde, debajo del reloj de la estación”, rememoró Teresa que le dijo el caramelero del teatro más antiguo de Lomas, que acaba de cumplir 115 años.
En su primera cita, caminaron juntos y hablaron de sus vidas, sus trabajos y sus familias, para conocerse más en profundidad. “Para que yo no volviera sola, me acompañó hasta casi la puerta de mi casa, en la calle José Ingenieros, entre Aníbal Ponce y Franklin”, dijo Font, quien admitió que el tan esperado beso se dio en la cuarta salida, siendo un “momento muy especial” en su vida.
Miguel Ángel siguió como caramelero en el Cine Teatro por un año y, durante ese tiempo, Teresa concurrió seguido, con el sólo propósito de estar con él. “Iba sábado y domingo a ver las mismas películas, porque no cambiaban seguido la cartelera. Era nuestra única salida porque ambos trabajábamos”, contó la lomense, quien luego añadió: “Cuando empezaba la película, Miguel Ángel salía a comprar pizza y la traía, con el permiso de su superior. El Cine Teatro Español fue mi segunda casa. Cada vez que paso por la puerta, se me vienen a la cabeza todos estos hermosos recuerdos”.
El servicio militar hizo que Miguel Ángel tuviera que dejar el empleo. “Cuando terminó de cumplir el servicio en Pablo Podestá y salió, en 1966, nos casamos. Yo tenía 19 y él 22”, dijo Font. Juntos formaron una hermosa familia, donde el fruto de su amor les brindó cuatro hijos.
Miguel Ángel Garelli falleció en 1999, a sus jóvenes 56 años. Teresa guarda la historia en su memoria y su corazón. Y así recordó, emocionada, a quien fue su gran amor por más de tres décadas: “Fue una excelente persona, un buen padre y esposo, un gran compañero. Tenía un corazón enorme y haberlo conocido fue lo más lindo que me pasó en la vida”.
&n