Mi Club, el boliche emblema de Banfield, cumple hoy 70 años y hace un festejo virtual
recuerdos y nostalgia que se hacen más fuertes en pandemia.
Fue el primer club privado en Sudamérica en enganchar temas y usar luces. Varias generaciones de lomenses y vecinos de zona Sur pasaron por sus pistas. A las 22, compartirá videos, vivos y sorteos por medio de sus redes sociales. Un repaso por los inicios, la delicada actualidad y el futuro del lugar con el hijo de uno de los dueños.
El emblemático boliche bailable de Banfield Mi Club cumple hoy 70 años. Siete décadas de música, diversión, historias y anécdotas que formaron parte de la vida de generaciones de vecinos; algunos de ellos, incluso, formaron pareja gracias a aquellas pistas. Pese a la pandemia y a algunos rumores de cierre, sigue de pie y celebrará gracias a la virtualidad.
Mi Club tenía organizado una súper fiesta para celebrar las siete décadas de diversión, que se iba a extender por dos días, pero la pandemia frenó los planes. Sin embargo, la tecnología y la virtualidad son buenos aliados para no dejar pasar por alto este acontecimiento tan importante para esta joyita de zona Sur: hoy a partir de las 22, compartirá el festejo con los vecinos, grandes responsables de su éxito, a través de Facebook e Instagram.
Pasarán videos históricos y se trasmitirá un vivo con la presencia de DJ’S que le han puesto música a cada fin de semana desde las cabinas. Además, se realizarán unos sorteos para los vecinos. “Es un aniversario diferente a los anteriores, a la espera de que la pandemia pase y que todos volvamos, con buena salud”, contó Adrián Matiauda, hijo de Ruben, uno de los dueños del lugar que fue pionero en Sudamérica por ser el primer club privado en incursionar en enganchar temas y usar juegos de luces en los salones bailables.
COMIENZOS Y MODA. “El traje para los chicos y el vestido largo para las chicas era una rigurosidad para ingresar, como también el corte de pelo. Adentro, no se podía tomar un trago ni besarse en la pista. Todo fue cambiando”, contó Matiauda sobre algunas particularidades de la época, como la corbata, otro clásico que dejó de usarse hace décadas. Pese a la tradición y la esencia de las discotecas de aquel entonces que tanto caracterizaban a Mi Club, el boliche se aggiornó con la moda, lo que permitió que se mantenga vigente en el tiempo.
“Registro Civil” fue el apodo que adoptó Mi Club por los mismos concurrentes, gracias a su fama por formar muchísimas parejas en sus cuatro pistas. “Hay quienes se están por casar y primero vienen a sacarse fotos a la puerta del boliche porque se conocieron acá”, admitió Adrián, quien continúa con el legado de su padre.
“Cuando fui por primera vez tenía 18 ó 19 años. Me encantaba, no había discriminación y todo el que quería ir tenía diversión asegurada”, recordó Hugo Meiojas, vecino de Temperley, sobre su paso por Mi Club, quien luego le dejó un mensaje al boliche por su aniversario: “Son un emblema de zona Sur. Con mi señora y nuestros amigos, ya de grandes, íbamos siempre que podíamos a bailar un rato”.
ACTUALIDAD. Los boliches son, sin duda, uno de los rubros más golpeados por la pandemia, sin la certeza de saber cuándo podrán volver a abrir sus puertas. “Fuimos los primeros en cerrar y seremos los últimos en volver, estamos ante una delicada situación”, contó Adrián, quien explicó que, pese a haber pensado en reinventarse, cree que es muy difícil ya que lo esencial de su rubro se basa en las relaciones sociales y que los boliches online o a distancia “no son lo mismo”.
Hace unos días, comenzó a circular un rumor acerca de un cierre definitivo del boliche, pero Adrián se encargó de desmentirlo: “Con mucho esfuerzo, los 70 empleados están al día con sus respectivos sueldos. Esperamos seguir con todo el staff y reabrir lo más pronto posible”.
FUTURO. El hijo de Adrián ya da sus primeros pasos en el entorno y organizaba los viernes, antes del cierre, una fiesta por mes para adolescentes de 20 a 23 años. “Esperemos que sea el que siga con la tradición”, concluyó Matiauda.