Una mujer y su hija están desaparecidas, y buscan al hombre con el que pasaban la cuarentena
MISTERIO EN LANÚS. Se trata de Cristina Iglesias y su hija Ada, de 7 años. Durante un allanamiento que realizó la Policía en la casa donde vivían encontraron rastros de sangre. Sospechan que se haya tratado de un doble femicidio.
Cristina Iglesias y su hija Ada, de 7 años, se encuentran desaparecidas desde el miércoles. Ese día, a la noche, fueron vistas por última vez en su casa de Monte Chingolo. Por estas horas, la Policía las busca intensamente, pero también a Abel Romero, el hombre que se había mudado con ellas para pasar la cuarentena, porque durante una inspección en el hogar los investigadores encontraron rastros de sangre lavados en un colchón.
El hermano de la mujer desaparecida está desesperado: sospecha, al igual que los investigadores, que la pareja de Cristina podría estar detrás de la misteriosa ausencia. ¿Por qué? Porque cuando su sobrina, Dolores, lo confrontó, el hombre le respondió con evasivas, le dijo que su mamá se había ido a pasar la cuarentena con una amiga y que se fue. A la hija mayor de Cristina -que no vive con ella- no le cerró todo lo que le dijo.
Ni Dolores ni Fernando saben mucho acerca del hombre. No tienen muy en claro cuando empezó a convivir con Cristina y Ada, y a partir de lo que hablaron con los vecinos, solo pudieron averiguar que Romero alquilaba una pieza en la zona, a unas diez cuadras de la casa de la calle Purita al 4000, donde hoy todos posan los ojos.
La desaparición se descubrió después de que a Dolores le parecieran raros los mensajes que se mandaba con Cristina por Whatsapp. Eran evasivas, respuestas esquivas, con pocos datos, mientras ella insistía. Es que solían comunicarse por videollamadas, audios, pero el teléfono de Cristina respondía solo por texto. Parecía que no era su madre, sino alguien más.
Ante esa situación, desesperada, Dolores rompió la cuarentena y decidió ir hasta la casa de su madre a ver lo que pasaba. Cuando llegó al lugar encontró una bolsa de basura en la puerta, con fotos familiares, ropa. Entró y los cajones estaban llamativamente vacíos.
En un momento, Romero apareció, nervioso, temblando y le dijo que se tenía que ir.
Cuando entró al cuarto, Dolores encontró el colchón y el sommier mojados. Parecían lavados. Lo que se lavó, asegura un investigador judicial, era sangre.
"Está situación más el hallazgo de manchas de sangre nos hacen investigar la hipótesis de un doble femicidio o, por lo menos, de un intento de doble homicidio", afirmó una fuente con acceso al expediente que está en manos del fiscal Jorge Grieco de la Unidad Fiscal de Instrucción N° 1 de Lanús.
Este mediodía, cuando Grieco allanó la habitación de la calle Chascomús donde vivía Romero encontraron documentación, la billetera y llaves que eran de Iglesias.
Ante la ausencia de los cuerpos, o la falta de certezas sobre si Cristina y Ada fueron efectivamente asesinadas, la causa es caratulada como “averiguación de paradero