Narradoras, un puente entre el lector y la magia de la literatura
.
Liliana Bonel, Tamara Aguilera, Cynthia Restivo, Verónica Álvarez y Marta Sacchi le ponen voz y sentimiento a cuentos y poesías.
El apasionado mundo de la literatura toma siempre diversos rumbos: puede navegar por mares lejanos con historias de piratas, caminar bosques enteros con poesías o transcurrir desgarradoras historias de amor en galaxias inventadas. Todo eso y más. Pero cuando son contados por ellas, el viaje se vuelve real.
“Narrar es una manera de estar en el mundo. Todo lo que me gusta confluye en la narración: las historias, la actuación, el manejo de la voz, el haber sido una gran lectora y las historias que
contaba mi abuela”, expresa Liliana Bonel.
Bonel es actriz y fonoaudióloga, pero desde 1997, por un trabajo de técnica vocal que realizó para un grupo de actores del teatro San Martín, descubrió la narración. En la actualidad, recorre ferias del
libro, teatros y espacios culturales de capital y toda la región.
Susurrar y gritar
Para Tamara Aguilera, el interés por gritar y susurrar palabras que tuviesen un sentido no fue algo que haya ido a buscar. “Llegó a mí a los 12 años, sin tener demasiada idea de lo que eso era. Con el tiempo, fuimos hurgando en textos, descubriendo el color de los cuentos”, señala.
Desde hace 10 años, junto a Cynthia Restivo, narra cuentos de lectores latinoamericanos y poesía, aunque también acompaña a músicos.
“Todo el proceso de preparación de un cuento, el tratamiento del texto, la preparación de la escenificación, el armado de un espectáculo, todo ese proceso es un cable a tierra, un momento de intimidad”, agrega Cynthia.
Fomentar la lectura
Verónica Álvarez Rivera es una reconocida narradora vinculada a la educación, tanto de niños como de adultos. Trabaja en escuelas, jardines de infantes, pero también desarrolla iniciativas para chicos con enfermedades oncológicas y jóvenes con capacidades especiales. “Es clave fomentar la lectura. Para los chicos, el libro es un objeto lúdico, pero cuando son más grandes se hallan bombardeados por la tecnología y los medios de comunicación que los aleja de la lectura”, sostiene, y agrega: “Mi intención es que se interesen por los libros. No se trata sólo de contarles `Caperucita Roja´, sino otros cuentos
que los ayude a pensar, que aprendan a ser críticos, porque de esa manera pueden ser libres”.
Marta Sacchi aborda la narración desde lo espiritual: “Me formé como narradora cuando sentí que cada uno de los cuentos e historias que leía eran un estímulo a la creatividad y a la expresión