La Unión | LOMAS

En el Colegio Belgrano vive parte de la historia de la Congregación Corazonista

en un rincón de la ciudad que hoy celebra un nuevo cumpleaños.

El Hermano Mario Gassmann fue el creador del museo en la institución educativa más antigua de la comunidad. El espacio está dividido en tres salas, y alberga una gran cantidad de objetos, materiales y fotos de una comunidad muy reconocida y valorada.

A medida que pasan los años, las ciudades se vuelven más ricas, con rincones históricos por descubrir y cuidar. Hoy, la ciudad de Temperley cumple 54 años y uno de los colegios más emblemáticos de la localidad, el Belgrano, tiene puertas adentro un tesoro que, para los cristianos, no se puede valuar: el Museo Corazonista, que alberga gran parte de la historia de la congregación.

Corría la década del ‘90 y con el armado de un equipo de trabajo, surgió la idea del museo itinerante. “Íbamos a los colegios de nuestra congregación a recolectar objetos. Por suerte, la gente aportó mucho material”, contó el Hermano Mario Gassmann, creador del museo, quien también se desempeña como director general del establecimiento que tiene los tres niveles educativos en 9 de Julio 148.

En 2017, hace apenas dos años, con motivo de los 90 años de la llegada de los Hermanos Corazonistas a América latina, el Museo Corazonista fue depositado en un lugar fijo y se le dio formalidad a la inauguración. “La idea principal fue homenajear a los Hermanos que vinieron desde Francia y España y que llegaron a la zona del Río de la Plata a fundar la congregación”, indicó el Hermano, orgulloso de la iniciativa que muy pronto será abierta a todos los vecinos.

Dentro del museo en el Colegio Belgrano (nacido en 1913 como un establecimiento parroquial ubicado muy cerca de la estación, para luego mudarse a la calle 9 de Julio al 100) se pueden visualizar tres espacios bien identificados con los colores rojo, verde y dorado. La primera sala representa la fraternidad y el sacrificio, la cual lleva el color rojo porque en el escudo se encuentra el corazón de Cristo. En ella, el homenaje va dedicado pura y exclusivamente a los fundadores.

“Alumnos y exalumnos puedeN visitar el museo, pero queremos abrirlo para todos.”

Al subir por unas escaleras a la planta alta, el verde predomina el lugar. “El carisma de los Hermanos es la formación y la educación. La esperanza está relacionada con el color verde, donde los niños y jóvenes serán los hombres del futuro”, enfatizó Mario sobre el espacio que alberga la historia en la escuela: comunicación, vestimenta, escritura, deporte antiguo, infinidad de objetos y abundantes fotografías que respaldan lo expuesto. “Los chicos tienen la posibilidad de dibujar lo que más les llama la atención y a los jóvenes se les entrega un formulario con preguntas para que llenen mientras realizan el recorrido”.

Espiritualidad es la temática de la tercera sala y el dorado fue elegido por la similitud al color del arte sacro y la representación de objetos relacionados a iglesias y capillas. En este espacio también se puede visualizar parte de la historia de la reconocida familia de plateros Pallarols, emblemática en Lomas, en el Colegio Belgrano y en el Museo Corazonista.

“La comunidad educativa, alumnos y exalumnos pueden visitar el museo, pero con el tiempo queremos abrirlo para todo el público. Próximamente publicaremos los horarios. Quiero reconocer a Marcelo León por colaborar con los cuadros, las láminas y la línea de tiempo y a Marcos Chiesa, que diseñó los planos del lugar. Agradezco muchísimo a la congregación por la posibilidad de tenerlo y habilitarlo”, cerró Gassmann.

EL SURGIMIENTO DE LA CONGREGACIÓN Y EL TRABAJO DE LOS HERMANOS. “Nuestra congregación nació después de la Revolución Francesa, más precisamente en Lyon por el año 1821. Un sacerdote local, al ver tantos jóvenes en situación de calle y en la cárcel, creó talleres para formarlos como personas”, manifestó Gassmann sobre los inicios.

Luego, agregó: “El Padre Andrés Coindre fundó la Comunidad de Hermanos del Sagrado Corazón, para que tiempo después tomen las riendas el Hermano Policarpo, encargado del constante crecimiento y expansión más allá de Francia”.

“Los Hermanos nos dedicamos especialmente y exclusivamente a la misión educativa, es por eso que nos llamamos así y no llegamos a ser sacerdotes”, explicó Gassmann, quien también se desempeña como profesor de historia y geografía.

BREVE RESEÑA DE LA HISTORIA DE LA CIUDAD. Temperley cumple 54 años de su independencia de Lomas de Zamora, pero su historia es muy rica desde muchos antes, tanto como el mismo partido al cual pertenece.

La localidad surgió como una zona de agricultores y ganaderos, pero el verdadero crecimiento se dio con la llegada del ferrocarril. Por su parte, Lomas nació del reparto de chacras realizado sobre tierras fiscales correspondientes al fondo de la Estancia del Estado o de Zamora, en 1821. Las tierras fueron donadas a trabajadores de la agricultura, encabezados por Tomás Grigera, durante el gobierno del Brigadier Martín Rodríguez.

Por fuera de las chacras existían extensas propiedades, como la de los Corra o Correas y los hermanos Marenco, quienes tenían una amplia propiedad adquirida por el señor George Allison Temperley en 1854. Poco después, su propiedad se vio dividida en dos por el paso de las vías del ferrocarril, lo que lo llevó a subdividir el terreno en 139 lotes.

En 1965 y debido a su crecimiento, el gobierno de la Provincia de Buenos Aires declaró ciudad a Temperley, siendo que el 1º de enero de 1871, su fundador se embarcó en la construcción de la segunda parada ferroviaria del distrito sobre la calle General José María Paz, en cercanías de la calle Meeks, que desató un loteo sucesivo de tierras destinadas a quinteros, chacareros y residentes ingleses que habitaban en el lugar.

Del aspecto de aquel entonces, poco queda. La vida dedicada a la agricultura y ganadería quedó en el pasado. Por estos días, la ciudad continúa de pie y crece a pasos agigantados, habitada por vecinos orgullosos de pertenecer y vivir en su querida Temper

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