La Unión | SOCIEDAD

“Manuela tendrá que hacer terapia el resto de su vida”

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Una especialista analizó la carta de la chica violada en el taxi y remarcó que escribió para sentirse “acompañada”.

Manuela, la chica violada por un taxista en Palermo, “deberá hacer terapia de por vida” para aprender a vivir con las secuelas del ataque.

Así lo evaluó la psicóloga Alejandra Sierra luego de que la víctima, de 20 años, difundiera una carta del caso en los medios.

“Escribió el texto como una manera de sentirse más acompañada por la gente, porque piensa que así puede ser ayudada”, sostuvo la especialista de zona Sur, que trabaja con adolescentes.

En el texto, la chica deja ver el dolor que está sintiendo por el ataque sucedido la madrugada del domingo 19 de abril, cuando un taxista la violó adentro del vehículo. “Todo abuso sexual deja marcas y cuando se es más joven es peor.

Por eso, esta chica tendrá que hacer terapia el resto de su vida para aprender a convivir con el dolor”, afirmó Sierra, quien mencionó que “sería ideal” que fuese asistida por un psicólogo y un psiquiatra de manera conjunta.

El objetivo de los expertos será evitar que sufra ataques de pánico, trastornos de ansiedad o miedos de salir o estar sola. “Hay muchos problemas que pueden llegar a padecer como el de formar una pareja, tener relaciones sexuales o de baja autoestima”, ejemplificó Sierra.

Como imaginando el trauma que le quedará, Manue l a expresó en la carta que, tal vez, no pueda olvidar jamás al chofer que se le acercó para llevarla gratis a su casa. Ella denunció que el conductor prófugo, vecino de Avellaneda, la atacó en el asiento trasero, cuando se durmió.

Fragmento de la carta

Quiero que la vida me deje de doler. Quiero que estar despierta sea un deseo y no una tortura. Quiero que dormir sea descansar y soñar con cosas lindas, no quiero más pesadillas con la cara de este animal (con perdón de los animales).

Quiero que a mi mamá no le duelan las sonrisas. No quiero que la gente me tenga lástima. Quiero que la gente quiera justicia. Puede que jamás me olvide de esa eternidad en la que fui sometida a ese infierno de escuchar la respiración y la excitación de él mientras me violaba.

Ni su cara de placer frente a la mía de pánico (...). Pero tampoco voy a olvidar nunca qué merezco y quién soy y algún día me va a doler menos. Y la vida que tenía antes del 18 de abril (que hoy parece una utopía) algún día me pertenecerá de vuelta. Me juré a mi misma que no voy a rendirme hasta que no haya justicia. Manuela

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