El Negro Salgán cumple 100 años, una vida a fuego lento

Uno de los mejores pianistas que dio el tango y la música popular argentina llega hoy a su centenario de vida. el recuerdo a este genial artista con más de 400 composiciones y ocho décadas de carrera. 

Horacio Salgán, el último sobreviviente de la vieja guardia del tango, cumple hoy sus primeros 100 años de vida, y es probablemente el mejor pianista del género, un trono que se disputa con Osvaldo Pugliese. Este maravilloso artista, compositor, arreglador y director, se destacó en todas estas áreas con talento excepcional y comenzó su carrera precozmente a los 14 años, como pianista de películas mudas que se proyectaban en un cine barrial para colaborar con la frágil economía familiar. A los 20 años fue descubierto por Roberto Firpo, quien lo contrató para su orquesta. Ese mismo año, en 1936, debutó como arreglador de la orquesta de Miguel Caló. Por la riqueza musical, el juego rítmico y el estilo vanguardista, su orquesta típica, que tuvo diferentes etapas desde 1944, constituye uno de los momentos del tango y en ella, se formaron cantores de la talla de Edmundo Rivero y Roberto Goyeneche. Admirado por sus propios colegas, como Ástor Piazzolla, Oscar Alemán, Daniel Barenboim y Luis Salinas, escribió obras cumbres del tango como "A fuego lento", "Grillito",

"Del 1 al 5" y "La llamó silbando", entre otros, y un libro, “Curso de tango”, en el que explica elementos de su estilo.

Un QUinteto estelar. Luego de haber grabado con Piazzolla, en 1960 formó y dirigió el Quinteto Real, cuyo objetivo era crear tangos instrumentales diseñados más para escuchar que para bailar. Este fue uno de los grupos de tango más sólidos de los que se tenga memoria y era un verdadero seleccionado para la época con el Negro sentado al piano, junto con Enrique Mario Francini en violín, Pedro Laurenz en bandoneón, Ubaldo de Lío en guitarra y Rafael Ferro en contrabajo. Con distintos cambios en su formación, el Quinteto Real se mantuvo por décadas en actividad, hasta celebrar sus 50 años en los festejos del Bicentenario ante una verdadera multitud, en la que fue su última aparición pública. También formó un dúo con el Turco de Lío, su gran amigo, y volvió a tocar con Rivero y Goyeneche, al margen de su labor como compositor de bandas sonoras de películas. Con un estilo propio y único, imitado tiempo después por otros pianistas, este brillante músico de raíces afroamericanas es considerado el único abstemio del tango. “Para muchos, yo era el gil del ambiente. Se preguntaban: “¿Y este tipo cómo se divierte?”. Pero nunca me aburrí. Sólo puedo decir que siempre tuve otras maneras personales de divertirme”, dijo una vez con sentido del humor. El Negro llega a los 100 años con más de 400 composiciones en su haber y con casi ocho décadas como músico profesional, una vida transitada a fuego  le