Pascual Tula: “Cuando conocí a Perón se me aflojaron las piernas”
en 1976, en plena dictadura militar, se mudó a lomas. A través de bombo, la reconocida figura juntó sus pasiones. Autoproclama a su instrumento como el primero de la resistencia peronista y el pionero en la historia del fútbol. Una historia sin desperdicio.
Carlos Pascual Tula es, sin dudas, una personalidad reconocida tanto en el ambiente deportivo como en la política argentina, a tal punto que mezcló sus dos pasiones: el fútbol y el peronismo que lo acompañaron en su vida y lo siguen haciendo hasta el día de hoy.
Tula, como es conocido popularmente, nació en Rosario en 1940 y en 1976, en plena dictadura militar, se mudó a Lomas, su segunda patria. El hombre autoproclama a su bombo como el primero de la resistencia peronista desde el año 1955 al 1983 y el pionero en la historia del fútbol, a tal punto que se hizo mundialmente conocido por alentar a su querido Central y a la Selección Argentina.
“Cuando tenía 10 años me escapé y me fui a la cancha de Central con unos conocidos. Vi que uno tocaba el bombo y se lo pedí. Mis padres me querían matar”, contó Tula sobre un amor a primera vista con el instrumento.
“Hasta 1976, antes de cada partido de Central, se cantaba la marcha peronista”, reconoció el hombre de 79 años, y hasta se animó a entonar algunos cánticos de aquel entonces: “‘Yo te daré, te daré una cosa, yo te daré una cosa que empieza con C: Central’ era una de las versiones y sino la misma pero con P de Perón”.
“El proyecto que yo tenía era unir todas las hinchadas y hacer una especie de campeonato entre hinchas. ¿Qué mejor que los hinchas para cuidar los intereses del club?”, indicó, para luego agregar que esa movida le costó caro y que hasta estuvo preso.
En zona Sur supo visitar la cancha de Banfield, Temperley y Los Andes, dijo ser amante de Argentina y la Selección. Y así lo contó en una anécdota que lo marcó para siempre: “En el mundial de Alemania 1974 fui con varios jugadores de la Selección a una iglesia de Colonia a rezar, porque se decía que se estaba muriendo Perón. Cuando llegamos, vimos la bandera argentina a media asta y nos notificaron la noticia, yo me volví loco y regresé a Argentina para despedirlo porque era como mi padre”.
“En el momento que conocí a Juan Domingo Perón se me aflojaron las piernas y no me salían las palabras. El 17 de octubre de 1971 entré a su casa con el bombo porque mi intención era regalárselo por el día de la lealtad peronista”, recordó. Tula afirmó que, lo que sintió al ver a Perón, y haber tenido la posibilidad de conocer tanto a Juan Pablo II como a Francisco no se lo va a olvidar jamás.
tula también tuvo la posibilidad de conocer a juan pablo II y al papa francisco, momentos que guarda en su corazón.
En diciembre pasado, Tula estuvo presente en el acto de la calle Corrientes tras la victoria de la fórmula Fernández-Fernández para asumir al poder. Allí hizo sonar a su fiel amigo y fue reconocido por los presentes, en especial por los más jóvenes que lo saludaban y entre todos cantaron la marcha peronista. Para él, todo fue obra de Néstor Kirchner, ya que fue quien logró ese contagio en la juventud.
“Soy peronista y apoyé a Alberto Fernández y a Cristina, como lo hubiese hecho con cualquiera. Tenemos que estar unidos, es grave la situación que atraviesa el país. Hay que ser fuertes porque al peronismo lo quieren eliminar de la faz de la Tierra”, añadió, eufórico. “El bombo es peronista y muchos lo quieren borrar”, concluyó T