Ante Douglas Haig, el Milrayitas festejó un triunfo muy necesario
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Los Andes, que no jugó un gran partido, fue efectivo y superó 1-0 a los de Pergamino gracias a un gol de Bordacahar. Con esta victoria, el equipo de Biggeri acumula cinco sin perder de local.
Después de no poder ganar en los primeros dos partidos del año, Los Andes empezó a conseguirlo y ayer, con el triunfo por 1-0 ante Douglas Haig, sumó su segunda victoria al hilo para ganar en confianza y salir de los últimos lugares en la tabla de los promedios.
Si bien la situación no era tan complicada, el equipo sabía que, después de las caídas en Misiones y Caballito, debía ganar los dos partidos seguidos que tenía en casa. El primero lo logró con el agónico triunfo ante Sportivo Estudiantes y ayer lo reafirmó, pero tampoco convenció con el juego, especialmente por lo mostrado en el primer tiempo, donde el equipo se vio superado por el rival y generó muy poco en ofensiva.
Los primeros 45 minutos del equipo no fueron buenos y se lo notó muy impreciso, sin ideas claras para generar y superado en la zona media. La visita, sin grandes atributos, fue un poco más en la etapa inicial, pero no tenía profundidad para complicar el arco de Maxi Gagliardo, que muy pocas veces fue exigido, y se diluyó con el correr de los minutos.
Los Andes, en ese sentido, fue lo opuesto y sacó a relucir una gran contundencia. Es que en la única que generó en la etapa inicial, facturó. Brítez Ojeda sacó rápido un lateral a Bordacahar ante la pasividad de los defensores de la visita y, con un violento remate, la clavó arriba y decretó el 1-0, que terminó siendo un premio demasiado grande por lo hecho en los primeros minutos.
La producción colectiva de los primeros minutos estuvo por debajo de lo que pretendía el técnico Biggeri, pero en el complemento hubo una mejoría y el equipo manejó bien la ventaja conseguida, con tenencia y algunas buenas jugadas que pudieron cerrar antes el pleito si los jugadores de Los Andes hubiesen estado más finos en el último toque.
Brítez Ojeda, Bordacahar y Turraca, clave en la recuperación, crecieron bastante y el equipo estuvo más sólido, sin correr tanto riesgo en la zona defensiva. Eso, sumado al buen trabajo de la última línea, que nunca le dio oportunidad a Alejandro Noriega y Jorge Córdoba, provocó que la visita se quede sin energías, golpeado, y sin recursos para aspirar a la igualdad.
El gol de Chapu fue letal y por eso Los Andes festejó tres puntos importan