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Medio siglo sin Otis Redding, el “Rey del Soul”

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El 10 de diciembre de 1967 un accidente aéreo le cobraba la vida a este genial cantante estadounidense, cuando sólo tenía 26 años y estaba en el pico más elevado de su carrera.

Otis Reding no tuvo tiempo para disfrutar de su llegada a la cima y del éxito de su primer número uno con el tema “Sittin' the dock of the bay”, una canción que marcaba un cambio en su manera de interpretar, un estilo que él mismo denominó “folk-soul”, que resultaba un quiebre con el soul más tradicional.

Cuando ya le habían puesto la corona de “Rey del Soul”, un título nobiliario que comparte con Sam Cooke, y cuando era una figura clave de la música negra de los ‘60, el 10 de diciembre de 1967 a avioneta que lo trasportaba sufrió un desperfecto y se fue a pique en las gélidas aguas de un lago en las afueras de Madison, a sólo tres minutos de su destino.

Este accidente le costó la vida también al resto de la tripulación y se salvaron de milagro sólo dos integrantes de la banda del músico, que fue despedido con los honores de una estrella por una multitud.

James Brown, Aretha Franklin y Stevie Wonder, entre otros grandes, fueron a despedir a su colega.

Otis Redding nació en Dawson, Georgia, el 9 de septiembre de 1941 pero a los cinco años se mudó a Macon. La futura estrella del soul pasó su infancia en uno de los barrios más conflictivos de la sureña localidad de Macon, la cuna de Little Richard (que en Argentina se hizo popular bajo la dudosa traducción de Ricardito) y, como tantas otras figura de la época, encontraría en la música religiosa una chance para gambetear las profecías autocumplidas de cualquier joven de un barrio marginal en aquellos años.

En la iglesia de su comunidad aprendió a tocar el piano y la guitarra, al mismo tiempo que curtía sus cuerdas vocales con los espirituales que interpretaba con el coro. A los quince años tuvo que abandonar el colegio para hacerse cargo de su familia, realizando todo tipo de trabajos aunque sin abandonar del todo su actividad musical.

Y en el día menos pensado… En esta época y lejos de sus días en la iglesia, sus escasos ratos libres los dedicaba a cantar en bandas locales como The Mighty Panthers o The Upsettes, donde sustituyó a un Little Richard que había abandonado insólitamente el rock & roll para regresar a la música religiosa. Así podría haber pasado el resto de sus días, sin embargo el azar se cruzó en el camino de Otis Redding, empujándolo hacia la fama casi de casualidad.

Una tarde de 1962, había sido contratado como chófer para llevar a Johnny Jenkins & The Pinetoppers, con los que cantaba esporádicamente, a una grabación para Stax Records. Una vez que la banda había terminado su jornada, el mánager Phil Walden decidió aprovechar con Otis unos minutos restantes del tiempo de estudio que habían pagado.

En aquella sesión nuestro protagonista grabaría los temas “Hey Hey Baby” y “These Arms Of Mine”, una canción propia con la que impresionó a los popes de la discográfica. Este sería el primer single publicado por Otis Redding, que serviría además para inaugurar el catálogo del sello Volt.

Este simple se convirtió en un inesperado éxito, vendiendo más de ochocientas mil copias y convirtiendo al cantante en una estrella emergente. De aquel hecho fortuito a su precoz muerte, sólo paso un lustro.

En esos escasos años Otis grabó siete discos, con una grata respuesta de la crítica y del público, y luego de su muerte se editaron álbumes en vivo, otros compilatorios e incluso grabaciones inéditas.

Vueltas del destino: a comienzos de 1967, la revista Melody Marker le otorgó el título de mejor cantante del año, reemplazando a Elvis Presley, quien lo había sido durante los nueve años anteriores, pero a fin de ese mismo año un hecho fortuito terminó con su vida.

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