Los contras de la tecnología
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POR Micaela Gómez
Estamos tan inmersos en un mundo hiperconectado que no vemos a las tecnologías como una amenaza sino como lo más seguro y necesario. Se nos rompe el celular y nos sentimos descolocados, como si estuviéramos fuera del sistema o como si nos faltara un miembro de nuestro cuerpo. No obstante, toda herramienta tiene su riesgo sobre todo en épocas en donde la nube -internet- posee la mayoría de nuestros datos, pero hasta que no nos pase un imprevisto no vamos a tomar los recaudos necesarios. Recientemente, se conoció que múltiples periodistas y activistas de México habían sido espiados a través de un malware, un virus silencioso introducido en sus teléfonos celulares que le permitía al Gobierno de turno conocer sus llamadas, movimientos e incluso qué estaban investigando; privando no sólo la libertad de pensamiento y prensa sino sobre todo la intimidad personal. Llamado “Pegasus”, se introducía a través de un link tentador que llegaba en forma de mensaje de texto. El programa es usado en todo el mundo, siendo considerado como la herramienta de espionaje más efectiva. Sus creadores aseguran que la única manera de eliminar el virus es directamente deshaciéndose del teléfono y, además de ser difícil de detectar, garantiza que si es detectado inmediatamente subsanarán el problema. El mismo programa que fue detectado en México según la misma empresa habría sido usado en Argentina para espiar a políticos. Si bien la gran mayoría de la ciudadanía no es de interés para ser espiada, todos podemos ser afectados con este tipo de programas en alguno momento.
El intercambio de datos que realizan los dispositivos que usamos de manera constante y cotidiana es inmensurable. No sólo plataformas como las redes sociales y los correos electrónicos utilizan y registran todas nuestras búsquedas para ofrecernos productos que podrían interesarnos, constantemente estamos en contacto con peligros derivados de la tecnología, pero nos rehusamos a aceptarlo. Prácticamente todos los sistemas cibernéticos pueden ser vulnerados de alguna manera. En las últimas semanas, grandes empresas europeas e incluso algunas argentinas fueron también hackeadas por un malware que secuestra datos de un equipo con el objetivo de exigir un rescate monetario. Bancos, petroleras e incluso aeropuertos fueron afectados por un grupo de ciberladrones que, a cambio de la información sustancialmente importante para estas empresas, exigió el pago del equivalente en bitcoins a U$S300. Habrá que aprender a vivir con los pros y los contras de las tecnologías. Más allá de que siempre los grandes objetivos son los más poderosos a nivel mundial, todos estamos un poco expuestos en este mundo hiperconectado.