Renunció Díaz Gilligan en medio del escándalo por la cuenta en Andorra

Jaqueado por el escándalo que se desató a fines de la semana pasada cuando se conoció que había ocultado US$1,2 millones en un Banco de Andorra, el subsecretario general de la Presidencia, Valentín Díaz Gilligan, presentó este lunes su renuncia indeclinable a través de una carta en la que aseguró que consideraba “necesario” continuar “aferrado al cargo”.

La presión que se generó sobre el Gobierno, incluso de parte de algunos aliados, terminó por sentenciar el futuro del ahora ex funcionario al que Mauricio Macri le soltó la mano ayer por la tarde con la idea de “resolver cuanto antes es caso” que salpicó el Gobierno y volvió a poner en crisis la imagen de “transparencia” que pretende mostrar Cambiemos.

La dimisión de Gilligan se formalizó horas después después de que el ex subsecretario general de la Presidencia elevara un descargo de seis líneas ante la Oficina Anticorrupción en el que anticipó que en los “próximos días” presentará toda la documentación requerida para “aclarar” su situación personal.

Gilligan apareció envuelto en la polémica, cuando el diario El País de España, el jueves pasado reveló que tenía una cuenta en la Banca Privada d’Andorra, un microestado que hasta hace poco funcionaba como guarida fiscal.

El saliente subsecretario no desmintió la información y atribuyó la offshore a su relación de amistad con el empresario uruguayo Paco Casal. “Casal tenía problemas en su país y me pidió el favor. Tenía un juicio con el fisco que ganó y no podía figurar. Confiaba en él. La plata nunca fue mía”, intentó justificarse en diálogo con la prensa.

Más allá de que en un primer momento el reflejo de la Casa Rosada fue bancarlo, la situación cambió con el correr de las horas a medida que en el circulo cercano al Presidente analizaban el impacto que tenía el caso en la imagen positiva del Gobierno.

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