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Corea del Norte acepta reunirse con el Sur

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Corea del Norte aceptó hoy mantener la reunión "de alto nivel" propuesta por Seúl para tratar el envío de una delegación norcoreana a los Juegos Olímpicos de Pyeongchang en lo que supondrá el primer encuentro bilateral desde 2015 y se espera constituya un nuevo paso destinado a rebajar la creciente tensión regional en la península coreana.

El encuentro será el próximo martes en la aldea fronteriza de Panmunjom, donde en el pasado se realizaron otras rondas de conversaciones bilaterales.

El anuncio se produjo horas después de que Estados Unidos retrasara los ejercicios militares anuales con Corea del Sur hasta después de los Juegos Olímpicos, maniobras que enfurecen a Pyongyang pues los considera un ensayo de invasión, aunque Seúl y Washington insisten en que son de naturaleza defensiva.

Pyongyang envió un fax a la oficina de enlace surcoreana en Panmunjom, en la militarizada frontera entre los dos países, en la que anunció su aceptación.

"En la agenda del encuentro se va a tratar la potencial participación del Norte en los JJOO de PyeongChang, así como la mejora en términos generales de los lazos entre las dos Coreas", explicó una portavoz del Ministerio surcoreano de Unificación citada por la agencia de noticias EFE.

De este modo, ambos países, que técnicamente se mantienen en guerra desde hace más de 65 años, celebrarán sus primeras conversaciones de alto nivel desde diciembre de 2015.

El gobierno ruso saludó la decisión de ambas Coreas de reanudar relaciones y consideró que "el diálogo directo permitirá rebajar la tensión en la península coreana", según anunció la portavoz de la cancillería María Zajarova.

Paralelamente, el jefe del comité de exteriores del Senado, Konstantín Kosachov, aseguró que Rusia está dispuesta a contribuir al diálogo y expresó su confianza en que, después de los asuntos puramente deportivos -la participación de Corea del Norte en los Juegos Olímpicos de PyeongChang-, ambas partes aborden temas políticos.

"Pero eso ya supondrá la inclusión en dicho diálogo a Estados Unidos, ya que sin Washington difícilmente el norte y el sur podrán hacer algo por su cuenta", señaló.

El escenario de la reunión del martes será la llamada Peace house ("Casa de la Paz") en Panmunjom, donde en 1953 se firmó el armisticio que hasta hoy aún no fue sustituido por un tratado de paz.

La cumbre realizada en 2015 buscó desactivar las tiranteces militares Norte-Sur después de que dos soldados surcoreanos pisaran unas minas que, según Seúl, habían sido colocadas por operativos norcoreanos al Sur de la zona desmilitarizada (DMZ) que divide ambas porciones de la península.

Ese maratónico encuentro duró dos días y concluyó sin acuerdo.

Desde entonces, Pyongyang impulsó con creces el desarrollo de su programa nuclear y armamentístico, mientras que en Seúl el liberal Moon Jae-in puso fin en mayo a casi una década de gobiernos conservadores, algo que algunos esperan que contribuya a lograr mayor entendimiento.

La política del presidente surcoreano hacia su vecino consistió hasta ahora en plantear respuestas contundentes ante las continuas pruebas de armas de Pyongyang, apoyando sanciones y la presión diplomática sobre el régimen, pero también buscó el diálogo al Norte desde el primer momento.

En esa línea, insistió en la importancia de que ambas Coreas cooperen en los JJOO de Invierno.

El Norte guardó silencio al respecto hasta el pasado 1 de enero, cuando el líder norcoreano, Kim Jong-un, agradeció la predisposición de Moon en su mensaje de Año Nuevo, y se mostró favorable a buscar un acercamiento con el Sur y a enviar una delegación a Pyeongchang 2018.

Se espera que el acercamiento pueda contribuir a aliviar la tensión tras las continuas pruebas armamentísticas de Pyongyang y las beligerantes respuestas del presidente estadounidense, Donald Trump, que marcaron 2017.

Expertos alertan, no obstante, sobre la posibilidad de que el hermético gobierno norcoreano pueda estar desplegando el patrón ya visto en otras ocasiones y que suele arrancar con un mensaje conciliador de Año Nuevo sin que ello depare un cambio real de postura.

Según esta perspectiva, Pyongyang busca debilitar el eje Seúl-Washington, y generar posturas encontradas entre el resto de participantes de las llamadas negociaciones a seis bandas para la desnuclearización del régimen, en suspenso desde 2007 y en las que también participan China, Rusia y Jap

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