Tapia le puso paños fríos a una situación insostenible
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El plantel argentino no soporta al entrenador Jorge Sampaoli. Si bien se corrió la noticia que el casildense había perdido el poder al frente de la Albiceleste, el presidente de la AFA lo sostuvo en el cargo, pero está claro que su futuro está lejos de la Selección.
La Selección Argentina no tiene paz. Es un polvorín a punto de explotar. La bomba se activa y desactiva en horas, minutos, segundos.
Jorge Sampaoli quedó en el ojo de la tormenta. Es el principal apuntado por el plantel, que copó la parada y le hizo saber al entrenador que la relación entre ellos está quebrada.
Ni el triunfo de Nigeria sobre Islandia (si bien se festejó en la intimidad) llevó tranquilidad al búnker de Bronnitsy.
Hubo una reunión privada, entre los jugadores, el técnico y sus ayudantes Sebastián Becaccece y Lionel Scaloni, más el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia.
Se sacaron los trapitos al sol, tomaron la palabra Javier Mascherano y Lionel Messi. Se juraron aprovechar la chance que se les presenta para seguir con vida en el Mundial.
Además, el presidente bancó al casildense de cara al partido con Nigeria. Y hasta que la Argentina concluya su participación en Rusia. Después, Sampaoli sabe que no seguirá al frente, si bien hay un contrato formado hasta Qatar 2022.
Fuera de ese cónclave, fueron llegando diversas informaciones desde Bronnitsy. Desde audios, hasta pasando por la política, el escenario era Sampaoli sin poder de decisiones, con el respaldo de Tapia y el camino libre para los jugadores.
Sin embargo, la especie fue desmentida, como también el enfrentamiento entre Javier Mascherano y Cristian Pavón. A éste último se lo acusó de pegarle una piña al Jefecito por recriminarle a Wilfredo Caballero su gran error.
El presidente (Tapia) bancó al casildense de cara al partido con Nigeria. Y hasta que la Argentina concluya su participación en Rusia. Después, Sampaoli sabe que no seguirá al frente, si bien hay un contrato firmado hasta Qatar 2022.
¿Que hizo Tapia entonces? Medió entre el técnico y el plantel. Ya no hay vuelta atrás en la relación, que se tornó compleja no solo por los constantes cambios, sino también por la relación del día a día, agravada por los resultados.
Tapia frenó el temporal, pero interiormente ya no se soportan. El desgaste es mutuo y se trató de evitar más exposición de la que ya existe.
El escenario está complicado. El clima es aún peor. Hay un partido por delante, bisagra, determinante para no repetir la historia de Corea-Japón 2002 pegando la vuelta en la primera ronda de un Campeonato Mundial, con otro rosarino al frente: Marcelo Bielsa.
Es la hora de dar la cara, de jugarse todo, más allá de las dificultades que originaron esta grieta. Con los experimentados a la cabeza, Argentina se juega la última ficha. Y después, se verá hasta dónde se llega.
¿HAY EQUIPO? La derrota contra Croacia derivó en varios cimbronazos en el seno del plantel argentino, que está obligado a ganarle el martes a Nigeria para tener posibilidades concretas de avanzar a octavos de final.
Del grosero error de Wilfrefo Caballero, a jugadores en bajísimo nivel -incluyendo a Lionel Meesi- los cambios de nombres eran una fija que se confirmó con el correr de los entrenamientos en Bronnitsy.
Por la mañana, hubo un ensayo de siete contra ocho, con dos comodines: Lionel Messi y Éver Banega.
Una de las formaciones tuvo a Eduardo Salvio, Marcos Rojo, Nicolás Tagliafico, Javier Mascherano, Ángel Di María, Marcos Acuña, Gonzalo Higuaín y Enzo Pérez.
Estos jugadores serían los elegidos para jugar ante los africanos, a los que se sumarán Franco Armani en el arco y los defensores Gabriel Mercado y Nicolás Otamendi, que permanecieron el gimnasio por distintas molestias físicas.
Por la tarde, no hubo actividad, ya que el plantel argentino recibió la visita de sus familiares.
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