Tócala de nuevo Sam

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Quizás muy pocos recuerden el nombre de Dooley Wilson, incluso hasta algunos memoriosos amantes del Séptimo Arte. De todo modos, con sólo mencionar el nombre de Sam, se darán cuenta en menos de un abrir y cerrar de ojos de que se trata de uno de los actores de “Casablanca”.

Su más memorable papel fue el del pianista en esta película, que aparecía en una escena memorable al lado de Humphrey Bogart e Ingrid Bergman.

La canción de Herman Hupfeld “As Time Goes By” (cuya versión en castellano se tituló “El tiempo pasará”) aparece como un tema o motivo recurrente en las escenas de la película, con una carga emocional: Rick (Bogart) e Ilsa (personaje Bergman) se refieren a ella como “su canción”.

Este tema lo asocian con el momento en que vivieron un apasionado romance en París, en los días previos a la ocupación alemana durante la II Guerra Mundial.

Por esta circunstancia, ambos tuvieron que escapar de la Ciudad Luz, pero ella no acude entonces a la cita y, casada con otro, reaparece tiempo después en el Ricks Café de Casablanca, en tierras marroquíes.

Rick prohibió expresamente que esa canción suene en su club, pero al entrar en el Café Isla, le dice al pianista Sam, al que conocía de París, la clásica frase “Tócala de nuevo Sam”.

De todos modos, Sam no tocaba realmente “As time goes by”.

Este actor era un genial baterista, pero su formación musical se agotaba en los bombos y platillos y no sabía tocar ni una nota en el piano. El pianista Elliot Carpenter era quien tocaba en realidad las teclas blancas y negras, situado estratégicamente detrás de una cortina, de tal forma que Wilson podía observar y copiar sus movimientos al dedillo.

Además, la canción no fue interpretada en vivo durante la famosa escena y lo que se escucha es una grabación. Mientras un tocadiscos interpretaba la canción, Dooley Wilson movía las manos y hacía un decoroso play back.

Además, esta canción estuvo a punto de no aparecer en el montaje final por un tema de vil metal. Los derechos de la canción, que había sido un éxito en los ‘30, les parecieron a los productores de la película demasiado elevados, aunque finalmente la dejaron.

Lo que les salió barato fue el salario de Dooley Wilson y lo arreglaron con poco y nada. Sólo cobró US$350 semanales durante el rodaje, que duró siete semanas. Este actor que se metió en la historia por su papel de Sam había nacido en Texas a fines del siglo XIX, y participó en más de una veintena de películas. Como músico recorrió Europa y Estados Unidos aporreando su batería.

 

 

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