La Unión | SOCORRO

¡Socorro, los chicos de vacaciones!, por Susana Alfajoretti

¿Noche de paz?.

Bueno querida, no por dónde empezar, pero creo que arranco mejor por el principio y listo, ¿viste?

Para terminar el año en paz, el más grande que se había llevado a diciembre casi todas las materias, milagrosamente aprobó casi todas. Le quedaron dos para febrero, pero pasó de año y listo, no crece más este pibe, la hermana tampoco, pero al menos se saca 10 hasta en recreo.

Ah, ¿con qué querés saber sobre cómo vienen los festejos navideños en mi familia?, sos más metiche de lo que parece, vos tampoco crecés más.

La cosa viene así, a mi pesar, todos vienen para mi casa, si todos, no seremos tantos, pero sí todos vienen a mi casa. Con el verso de que tengo fondo, verde y toda esa historia, termino siendo la hija de la pavota.

Mi marido , los chicos y yo, más mi hermanita y su compañero, ella no dice marido, ¿viste?, y mis padres y mi suegra. Falta que traigan al perro y al gato y estamos todos, va a ser la Navidad de los Campanelli.

¿Los chicos?, felices de la vida, estos dos no hacen nada, ni te ponen la mesa, ni te van hasta el chino de la vuelta si te falta algo, pero están como locos porque los malcrían a pesar de ya son bastante grandecitos.

Mi hermanita y mi cuñado ya les calentaron el bocho a los dos, les hacen regalos medio raros, tan o más raros que ellos, y se ponen a cantar y contar historias de sus viajes con ellos. Para estos soy un embole, los copados son los tíos que se vienen con un ukelele.

Mi suegra, otra, aunque no joda, se mete en cuanto lugar no le incumbe y también me los compra a estos dos a fuerza de regalitos, además les tira guita por lo bajo y eso a mí no me gusta nada.

¿Mis viejos?, dale, seguí, ellos prefieren a mi hermanita la rara y sus nietos, yo soy la gila que pone la casa y cocina.  Mi vieja y su vitel toné y mi viejo y sus champucitos todo igual.

Además, ya me veo que terminamos de brindar y toda esa historia, y a los diez minutos se llena la casa de pibas y pibes. Parecen marabuntas, ¿viste?, no hay turrón o pan dulce que dejen con vida. Después de arrasar con todo, se borran y se van todos a bailar, siempre bajo el amparo de mi marido, el comprensible de la casa.

¿Así que te vas a pasar Navidad a una quinta con un grupo de amigos y tu novio?, ¿y que contrataron un servicio de catering y que nadie se tiene que poner a cocinar?, ¿y que después de armar un dancing, con una barra, alrededor de la pileta y en un parque enorme?

Mirá vos, qué moderna sos querida. Dale reíte de mí, toda la familia en casa y dos pibes adolescentes, con sus amigos y los amigos de los amigos. Ya te va a tocar; la que ríe última, ríe me

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