Mauro Martínez, el vecino que cumplió el sueño de ver la final del Mundial
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El banfileño ganó un concurso de la FIFA por unos videos que subió a su Instagram durante su estadía en Rusia y fue uno de los afortunados en ver Francia- Croacia. “Fue algo increíble”, dijo.
Mauro Martínez Beloqui vivió en Rusia una de las experiencias más linda de su vida y cumplió el sueño de cualquier futbolero de ley: presenciar la final de un Mundial. Y el hecho de cómo lo logró, resalta más su historia. Fue por un premio que la FIFA le regaló por una campaña que hizo a través de su cuenta de Instagram. Así, de esta manera, el banfileño, de 32 años, cumplió su gran anhelo y fue uno de los 80 mil afortunados que vieron la consagración de Francia en el estadio Luzhniki.
Ferviente amante del fútbol y de las camisetas, llegó a Moscú con un grupo de amigos (primero fueron tres y luego se incorporaron 11 más) para cumplir uno de los "sueños" de su vida, que era estar en una Copa del Mundo, y también con 30 camisetas de la Selección Argentina. El objetivo era claro: intercambiarlas con las de otros países. Y este ritual, que comenzó como un hobby y para incrementar su colección personal (suma 60 en total), fue lo que lo depositó en la final del Mundial.
“Yo no tenía idea de la campaña de la FIFA (alentaba los posteos con el hashtag #RivalHug -abrazo entre rivales- y regalaba dos entradas a la final con todo incluido)”, contó. Y en esa línea, continuó: “Recién me enteré después del tercer video que subí porque un amigo que entiende de redes sociales me lo comentó. Y ahí empecé con todo. Lo que pasó después fue increíble”.
Esos videos que publicó en su cuenta @futboltraveler con el hashtag #RivalHug lo hicieron ganar el concurso. En total, fueron 40 intercambios y a su vez sumó camisetas de la mayoría de las selecciones, aunque hay dos que guarda con más cariños: la de Brasil y la de Arabia Saudita. “La de Arabia fue especial porque me quedó grabado lo que hablé con el chico. Me dijo que quería que Argentina sea campeón, pero no por nosotros sino porque Messi merece serlo”, señaló.
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Pero hubo un suceso que, para él, fue más especial. “En Moscú, después de la victoria de Nigeria a Islandia, nosotros desbordábamos de felicidad y un nene ruso se nos acercó y nos abrazó a todos, con una felicidad similar a la nuestra. Ahí, saqué una de las camisetas de mi mochila, se la regalé, y la cara de felicidad de ese nene no me la olvidaré más. Fue algo increíble”, recordó.
Otra vez instalado en Buenos Aires, Mauro quiere continuar con esta campaña en Argentina, con el objetivo de intercambiar la de Banfield y aumentar su colección personal. “Sería muy lindo y tengo muchas ganas de mantener esta campaña. Creo que estaría muy bueno. Siempre fui un fanático de las camisetas y me gustaría juntar camisetas de todas las provincias. Ojalá se pueda”, cerró Martínez Beloqui, a quien su amor por las camisetas lo llevó a la final del Mundial.
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