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Boca cumplió con su parte y habrá Superclasico para definir el título

HISTÓRICO. El Xeneize encontró el gol en la primera etapa a través de ?Wanchope?. Palmeiras lo dio vuelta en el complemento pero apareció Benedetto -como en la ida- y selló la clasificación a la gran final.

El sueño de cualquier hincha del fútbol se cumplirá el próximo mes: Boca-River, River-Boca, los dos clubes más grandes del país se verán las caras en la final de una Copa Libertadores y en el partido más importante de la historia del deporte nacional.

El martes, el Millonario había logrado la épica al dar vuelta una serie muy complicada. Lo del Xeneize era más posible con el 2-0 que había logrado en la Bombonera. Y se simplificó aún más por la manera en que salió a jugar el equipo de Barros Schelotto.

Decidido, compacto y con algo de suerte, Boca liquidó el partido a los 17 minutos cuando una escalada de Villa terminó en un centro para Ábila que anticipó al defensor y puso el 1-0. Palmeiras pasó a precisar cuatro goles para ganar, una gesta prácticamente imposible.

Claro está, el resultado había que defenderlo y el Xeneize lo hizo con algunas complicaciones. A los 9 minutos, el VAR le había anulado -bien- un gol a Henrique y, después de que marque ‘Wanchope’, hubo varias chances para los de verde, casi siempre por el sector de Olaza y con definiciones sucias o intervenciones de Rossi.

Al local se le hizo cuesta arriba y se fue al vestuario consciente de la gravedad de la situación.

En el inicio del complemento reaccionó. Luan encontró el empate a la salida de un tiro libre y levantó a la gente. Y a los 15, Izquierdoz lo bajó a Dudu en el área y Gómez lo cambió por gol de penal.

A sólo dos goles de distancia, Palmeiras se envalentonó y empezó a arrinconar a Boca. Pero Benedetto -que ya había entrado por ‘Wanchope’- volvió  a aparecer en un momento clave como en la ida. Recibió de Pérez, se acomodó y la cruzó abajo.

El partido se volvió a acomodar. Zárate explotó un remate en el travesaño y hubo algunas cosas más. Ya todo estaba resuelto. El Xeneize tuvo actitud, jerarquía en sus individualidades cuando las precisó y una incuestionable estadística a su favor: sólo una derrota en toda la Copa.

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