Un limitado Cruzeiro dejó a Boca en las semifinales
empate 1 a 1. En Belo Horizonte, el Xeneize tuvo otra presentación para el olvido y salvó la clasificación gracias al poco vuelo futbolístico del elenco local.
Boca jugará las semifinales de la Copa Libertadores y deberá cambiar mucho si pretende seguir en camino. En otra pobre presentación, aguantó el débil asedio de Cruzeiro e igualó 1-1 en Brasil.
La efusividad de la previa, las bombas de estruendo, las declaraciones. Todo queda resumido a lo que hacen los protagonistas dentro de la cancha. Y lejos de todo aquello, Cruzeiro fue un equipo sin vuelo.
Desesperado desde el inicio, no tuvo claridad con la pelota y se mostró bastante limitado en la creación pese a las buenas intervenciones de Thiago Neves, Robinho y De Arrascaeta.
Parte de esa floja labor tuvo que ver con la marca molesta que propuso el Xeneize y un sacrificio importante para recuperar rápido la pelota en la primera etapa. Sin embargo, a la hora de jugar, el equipo de Barros Schelotto volvió a mostrar preocupantes limitaciones y salvo por alguna incursión en ofensiva de Villa, no tuvo presencia en el área de Fábio.
En los arcos pasó realmente poco y la presencia de Rossi fue gravitante para que el local tuviera oportunidades. Un gol anulado en el primer tiempo y varios centros donde salió mal fueron claves para darle vida a los brasileros.
En el complemento, Menezes movió al banco, puso al goleador Sassá y en 10 segundos facturó. Tras un córner desde la derecha, el delantero aprovechó un rebote y definió abajo.
A partir de ahí, Boca perdió el poco control del partido que tenía. Cruzeiro fue copándole el terreno de a poco, sin elaboración de juego pero con presencia suficiente como para intimidar.
A falta de 10 minutos, Dedé volvió a ver la roja (dos veces en la serie) y le facilitó el camino al Xeneize. Entró ‘Wanchope’, tuvo un tiro en el palo y en el final habilitó a Pavón para el 1-1 definitivo.