Ganó, acomodó su serie y ya piensa en el Superclásico
copa libertadores. Boca aprovechó sus momentos frente a Cruzeiro y viajará a Brasil con una buena ventaja. Zárate y Pérez marcaron los goles. Ahora se viene River.
Preciso en los momentos justos. Así construyó Boca su victoria por 2 a 0 ante Cruzeiro que le permite viajar a Brasil con más seguridad y apuntarle a River (el domingo) con motivación.
Tras un arranque de respetuoso análisis del rival, el equipo de Guillermo encontró en el brasilero algunas debilidades y con presión le fue ganando el mediocampo. Hacia los 20 minutos encontró algo de precisión y empezó a llevar peligro. Primero con una jugada colectiva por la derecha que Nández no pudo definir y, unos segundos después, con una media vuelta de Benedetto que se fue apenas ancha.
El dominio empezó a ser más marcado al tiempo que Cruzeiro, bien en la elaboración pero poco resolutivo, perdía la pelota cada vez más rápido.
Tras varias jugadas inconclusas, el Xeneize encontró el gol gracias a dos acciones individuales dignas de un equipo de élite.
A los 36 minutos y en la salida de un córner, Pablo Pérez recibió la pelota de Zárate, esperó su movimiento y lo habilitó con un pase entre líneas para que el ex Vélez la cruce con una calidad notable. Palo y a la bolsa: sin brillar, Boca se fue al vestuario 1-0 arriba.
Para el complemento, Cruzeiro salió más decidido y tuvo una chance inigualable. Robinho quedó de frente a Andrada, la picó y sobre la línea la sacó milagrosamente Barrios (de enorme despliegue).
A los 12 minutos y cuando Boca no encontraba lugar, Zárate sacó un remate que se estrelló en el palo, como para calmar las intenciones de los de azul.
A los 30 minutos, el árbitro echó por el VAR -insolitamente- a Dedé y desarmó el partido. Tan así fue que, siete minutos después, Pablo Pérez enganchó un mal rechazo en la puerta del área y clavó un remate al ángulo para el 2-0.
Con sacrificio y juego, Boca cumplió y se mantiene firme.