"No fue un festejo sino un desahogo"

Al terminar el encuentro de ida ante Boca en la Bombonera, cientos de hinchas que se encontraban en los alrededores del Monumental se acercaron hasta un sector donde estaba Marcelo Gallardo. Al escuchar a la gente, el DT de River salió a un balcón y esbozó aplausos y arenga al ritmo de las canciones que cantaba la gente.

La acción se tomó como un festejo anticipado y varios salieron al cruce. Sin embargo, el Muñeco aclaró que no se trató de eso. “Fue una explosión de felicidad, fue una especie de desahogo por lo que había vivido viendo al equipo. Primero que nada fue una expresión de sentir que el equipo había respondido de buena manera en una cancha siempre complicada, siempre difícil y en una final. Tenía una sensación muy linda de lo que había visto”, expresó el DT Millonario.

Y agregó: “El partido fue cambiante y uno lo vivió con muchísima tensión y más en el lugar en el que yo estaba. Sentí que jugamos un muy buen primer tiempo, que fue muy parejo y que lo pudimos perder en la última jugada y fue una descarga. Había cinco mil hinchas afuera y, como estuvieron acompañando los dos días, porque también vinieron el sábado, nos debemos a los hinchas y salí".

Siguiendo esta línea se encargó de devolverle las críticas a los que habían marcado esta acción suya. "El chiquitaje absurdo es problema de los demás, es un acto de mediocridad. Nosotros estamos por encima de eso, estamos tratando de trabajar el partido de vuelta, que con nuestra gente pueda jugarnos a favor. No se han sacado ventaja ninguno de los dos equipos. Han sido partidos de emociones muy grandes. Lo demás es pura mediocridad", señaló.

Por último, sobre cómo vivió el partido lejos de la cancha, el DT relató: "Fue horrible, una sensación muy fea que no se la deseo a ningún entrenador del mundo. Una cosa es estar suspendido, que no te dejen entrar al campo de juego, y otra aislarte de esta manera. Fue muy feo...Traté de asimilarlo de la mejor manera y bancárme