Villa Galicia cumplió 107 años y mantiene intacto el recuerdo de Pedrolo

una historia de esfuerzo y superación.

La mayor parte de la historia del barrio se tejió en la Sociedad de Fomento San Martín, donde se reunían los vecinos, entre ellos Pedrolo, un líder natural, para mejorar y hacer crecer la zona.

Gran parte de la historia de Villa Galicia, que acaba de cumplir 107 años se construyó en la Sociedad de Fomento San Martín. Allí fue donde se gestó la urbanización de la zona, a través del esfuerzo de un grupo de vecinos. Entre ellos, José Pedrolo, un líder natural que supo quedar en la memoria de la gente.

“En 1952 el lugar se llamaba Unión Vecinal, pero con la dictadura del ‘76 se prohibe la palabra ‘unión’ y se nombra sociedad de fomento”, recuerda Ivana Ballester, presidenta de la institución. Sus papás se acercaron a ese lugar en el ‘78, cuando su hermano comenzó el jardín. Se involucraron y cumplieron distintos cargos.

Ivana remarca la importancia de esa sede para el barrio. “Los vecinos se juntaban acá después de su jornada laboral a construir baldosas para no embarrarse, ver cómo conseguían que lleguen los colectivos, la iluminación, el gas, el agua. Toda la urbanización fue producto de los vecinos mismos”, cuenta.

Con respecto a Pedrolo, Ivana confirma que decían que era “un líder nato” y un constructor de esta Unión Vecinal que hoy ofrece diversos talleres y es sede del Jardín de Infantes Mi Mundo Feliz desde 1976.

“Se juntaban a construir baldosas para no embarrarse y ver cómo conseguían que lleguen el colectivo, la luz, el gas y el agua”.

“Es necesario traer estos recuerdos porque estamos en un momento que termina calando mucho el individualismo y meterse puertas para adentro. Necesitamos encontrarnos para revertir cuestiones que nos flagelan y también para hacer lo que nos gusta y nos hace bien”, resume la presidenta de la sociedad de fomento de la calle Anchorena 1460.

Por su parte, Marcela Rodríguez, vecina de la zona y parte de la Cooperativa de Artesanos y Productores Autogestionados, comparte sus recuerdos sobre este vecino tan recordado y admirado: “Mis padres fueron compañeros de lucha de Pedrolo. Yo era chica, pero escuchaba ese nombre por todos lados, recuerdo lo bien que se hablaba de él. Todo el mundo lo conocía, eran maravillosos los comentarios. Siempre muy involucrado en lo social, un gran personaje de la época”.

Entre los recuerdos que se le viene al vecino Oscar Escalisi, como el bar de Maturi, donde se reunía gente que trabajaba en el matadero, donde se jugaba a las cartas y “se tomaba muy buen vino de la época y ginebra”, también aparece Pedrolo. “Fue un gran hombre, comprometido, junto a otra gente como mi padre, hicieron las veredas con baldosas de cemento de Pasco a Cerrito, como por ejemplo en Anatole France. Lo hacían el fin de semana también”, comenta Oscar.

Las parroquias siempre son importantes a la hora del nacimiento de un barrio. El Padre Francisco rescata la labor del Padre Santiago Amores, quien puso empeño en “levantar” a Galicia: “Comenzó con el cine para los niños y fue fundando la parroquia Nuestra Señora del Carmen. Ésta es una Villa maravillosa y extraordinaria”.

EN PAPEL. Roberto Vicchio, autor de libro “Así era mi barrio” y de una revista exclusiva del lugar, destaca los inicios de estas tierras que cumplieron 107 años.

“En el libro hablamos de lo que fue Villa Galicia antes de 1911. No tiene fundación, pero se tomaron las escrituras que se firmaron en aquel año como fecha especial”, afirma, y agrega: “Anteriormente se iba a llamar Victorino de la Plaza, luego General Sarmiento, pero ninguna de esas pegó. El origen del nombre tiene que ver con peleas entre italianos y españoles en la comisaría. Cuando el comisario les preguntaba de dónde eran, ellos contestaban ‘de allá, al fondo, donde están las quintas’. Entonces, un día el comisario, como vio que muchos de los españoles eran de Galicia, les dijo ‘bueno, vamos a llamarlo Villa Galicia'”.