Cada vez más vecinos se suman al club del trueque de Sarandí
REGIÓN. En una clara muestra de la necesidad que pasan muchas familias, tres veces por semana, vecinos se juntan a intercambiar comida por ropa u otras cosas.
“Cambio ropa por 3kg de pata y muslo”. “Vendo todo. ¡Lleve!”. “Ofrezco zapatillas talle 38 por arroz”. Las postales que recuerdan las épocas más duras de la crisis de 2001 volvieron a multiplicarse con fuerza en el Conurbano, y, en Sarandí, al menos tres veces por semana, cientos de vecinos participan del club del trueque que se realiza a metros de la estación de tren.
Los lunes, miércoles y viernes, siempre después del mediodía, entre 200 y 400 feriantes llegan con sus mantas para intercambiar productos y bienes y servicios para poder subsistir. Algunos ofrecen remeras y swetters usados, otros libros o juguetes, hay quien se postula para changas. Todos llevan algo. La intención es una sola: juntar algo para llevar comida a su familia.
El grupo denominado bajo el nombre de “Manteros Nuevos de Sarandí” es coordinado por Daiana y Berta. La organización ya funcionó en 2014 pero, según cuentan, ahora volvió con reflotar. Según un relevamiento realizado por el Centro de Economía Política Argentina (CEPA) casi la mitad de los encuestados se sumó a esta vieja práctica en los últimos tres años.
El trueque se transformó en “una salida para los afectados por la pérdida del empleo y la caída de ingresos”, precisan Eva Sacco y Gerónimo Ardusso, que realizaron el informe de CEPA.
En Sarandí, para dejarlos trabajar “piden gente que sea solo de Avellaneda”, cuenta Daiana, de 26 años, aunque se acercan personas de otros lados. “Las familias ofrecen sus productos, ropa y se cambia por alimentos. Es lo que más se ve entre los manteros”, agrega.
La mayoría vive en barrios carenciados de los alrededores y lo hace por necesidad. “Cada uno de los que están tiene hijos, que son los que alimentan gracias a esto”, dice Daiana. A su vez, piden a los vecinos que “entiendan todo lo que hay detrás” y que “no los juzguen, como lo han hecho, porque el simple hecho que ocupan un espacio público” en el medio de la ciudad.
El grupo tiene más de 1400 miembros en una página cerrada de Facebook y por día pueden publicarse hasta 100 propuestas de trueque nuevas, o el doble en un día de mucho movimiento. El intercambio, así, puede pactarse con antelación o realizarse directamente un día de fe