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La irregularidad marcó el año futbolístico de Banfield

una temporada con pocas alegrías. El equipo quedó rápidamente eliminado en las copas y también le costó hacer pie en la Superliga. Falcioni se despidió con el cariño de la gente.

El año de Banfield dejó un sabor agridulce en los hinchas. Arrancó lleno de expectativas, con tres competencias interesantes, un plantel que -más allá de algunas limitaciones- tenía nombres que invitaban a la ilusión y un técnico que siempre que estuvo en el banco le fue bien. Pero quedó poco para rescatar.

La temporada del Taladro navegó por la irregularidad de un equipo que pareció nunca poder sobrellevar la injusta eliminación en la Copa Libertadores (con un penal no cobrado a Bertolo) y que después tuvo bajones futbolísticos, lesiones en jugadores claves y la ausencia durante varias fechas del entrenador principal.

En la primera etapa del año, terminó la Superliga alternando resultados y lejos de la clasificación a las copas. En la Sudamericana, la opción que le quedó por haber sido de los mejores eliminados de la Libertadores, pasó una fase con lo justo (ante un desconocido Boston River) y no dio la talla con Defensa y Justicia.

A mitad de año, reinició la actividad con una estrepitosa derrota frente a General Lamadrid (elenco de la Primera C) en la Copa Argentina que caló hondo en el ánimo general. Quizás por eso luego deambuló en la Superliga quedando décimo y en las puertas del ingreso a los certámenes internacionales, algo que se definirá recién en junio.

FALCIONI, EN EL CORAZÓN. Desde finales de 2017, Julio Falcioni debió luchar frente a una dura enfermedad que lo tuvo fuera de las canchas aunque muchas menos veces de las que se le habían recomendado.

Su amor por Banfield quedó demostrado en varios partidos donde, aún limitado desde lo físico, se lo vio hasta dando indicaciones con un megáfono.

Ese sacrificio y los buenos recuerdos del pasado tuvieron como recompensa un reconocimiento plagado de sentimientos por parte de los hinchas, sobretodo en la última fecha de local del año frente a Argentinos. Hubo cánticos, banderas, y un homenaje constante para el DT que decidió dar un paso al costado y tomarse un descanso para repensar su futuro, el cual todo Banfield desea que sea dentro del club.

ACÁ ESTÁN LOS PIBES. Como ocurre cada temporada desde hace algunos años, Banfield hace gala de los futbolistas que componen sus divisiones inferiores. Y este caso no fue la excepción: además del debut de varios juveniles (Sebastián Benega, Agustín Urzi, Giulliano Galoppo, Martín Payero), otros tantos se ganaron definitivamente un lugar en el once titular como Claudio Bravo y Luciano Gómez.

Alternando banco y titularidad pero casi siempre sumando minutos también estuvieron Julián Carranza, Nicolás Linares y Juan Álvarez; y en menor medida, Michael López, Agustín Fontana, Facundo Altamirano y Alexis Maldo

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