OCURRIÓ EN 2016 El hecho tuvo lugar en el penal de Olmos ocho años atrás. La víctima fue Gastón Ayala Aquino, oriundo de Lomas de Zamora.
Dos directivos del Servicio Penitenciario Bonaerense fueron declarados culpables de torturar y matar a un interno oriundo de Lomas de Zamora.
El hecho ocurrió en la Unidad Penal Nº1 de Olmos el 1º de agosto de 2016, durante la gestión de María Eugenia Vidal al frente de la provincia de Buenos Aire. La víctima fue Gastón Ayala Aquino, un recluso nacido en Misiones que desde muy chico vivía con su familia en Lomas.
El interno estaba cumpliendo la prisión preventiva por robo calificado y en breve se iba a someter al juicio oral. Estaba diagnosticado con epilepsia, por lo cual recibía un tratamiento con medicamentos.
Aquel día, Ayala Aquino empezó a tener convulsiones y tuvieron que sacarlo de su celda para llevarlo al área de Sanidad. Si bien se recuperó, minutos después se mostró alterado y empezó a gritar, según testigos. Esto impulsó que un grupo de policías empezara a golpearlo.
Según determinó la investigación, Rafael Herrera, jefe del penal, lo arrastró por el pasillo hasta su oficina junto con sus subjefes, Sergio Ceballos y Juan Ignacio Tocci. Gastón salió de esa sala completamente desfigurado y con múltiples golpes. Minutos después, falleció.
La autopsia terminó confirmando que el interno lomense había muerto por ahorcamiento y que los golpes que recibió no habían sido autolesiones, como pretendieron señalar quienes lo atacaron. De esta manera, los directivos y los policías intervinientes fueron desplazados de sus cargos, detenidos y llevados a juicio.
Recién en 2024, ocho años después del crimen, pudo realizarse el juicio oral. Un jurado popular declaró a Herrera culpable de "torturas seguida de muerte", mientras que el subjefe Ceballos fue hallado culpable de "omisión de evitación de torturas". Llamativamente, Tocci y los demás policías intervinientes resultaron absueltos.
El próximo lunes, a instancias del Tribunal Oral en lo Criminal Nº5 de La Plata, las partes expondrán las penas que consideran necesarias para los dos directivos condenados. Luego, podrán apelar la sentencia.