FIERRO LOMENSE Guillermo Piñero es dueño de un Chevrolet Coupé SS modelo 70 que esconde una particular anécdota con su papá.
"Haz lo que yo digo y no lo que yo hago", dijo en el año 56 antes de Cristo el filósofo griego Séneca. Esta frase puede aplicarse a lo ocurrido entre Guillermo Piñero, un lomense que elige los autos "musculosos" de la década del '70, y su padre Carlos, quien tuvo ejemplares de este tipo y distintas marcas, pero pese a su afición los mantuvo alejado de su hijo. Las razones giraban en torno al gasto que generaban mantenerlos. Sin embargo, un infarto padecido en 2016 lo hizo cambiar de opinión y comprar un Chevrolet Coupé SS entre ambos, que hoy pertenece a Guillermo y es un símbolo de unión la pasión por los "fierros".
En diálogo con el Diario La Unión, uno de los protagonistas de esta historia, Piñero hijo, de 45 años, brindó detalles sobre cómo surgió la idea de comprar este coche con su padre (78), el cual fue uno de los clásicos de la marca de General Motor que hicieron historia en Argentina, por su rivalidad con otro icónico modelo, como el Ford Falcón.
"La pasión por los 'fierros' comenzó desde chico, cuando tenía 17 años. Durante mucho tiempo, mi viejo me mantuvo alejado de los autos con motores de 6 y 8 cilindros. Hace 8 años, tuvo un infarto y cuando salió de estar internado me dijo 'compremos un Chevy, quiero sacarme el gusto de tenerla'", reveló Guillermó.
Y agregó: "Después del infarto en agosto de 2016, mi idea era encontrar una para modificarla a nuestro gusto. Fue una búsqueda larga y en febrero de 2017 apareció esta coupé publicada en Mercado Libre con los cambios que le queríamos hacer".
El vecino de Lomas, además, contó que para comprar su Chevy debió convencer al ex propietario debido que no estaba del todo seguro de querer desprenderse de su antiguo auto. Sin embargo, la compra se hizo efectiva y este auto de propulsado por seis cilindros terminó en el garaje de la casa de Guillermo.
"La compramos después de renegar con el dueño porque no estaba muy de acuerdo en venderla, la más convencida en hacerlo era su mujer. Él mismo la manejó desde Avellaneda, la guardamos en mi casa, y a partir de ese momento la coupé empezó a estar conmigo. A la larga a mi viejo no le gustó porque es baja, deportiva, y ruidosa. Mi papá es más de los autos clásicos, y al final me la terminé quedando y la fui modificando a mi gusto", confesó.
No obstante, Guillermo aclaró: "Con mi viejo siempre estuvimos unidos. Comencé a trabajar con él, desde los 17, hacemos mantenimientos de ascensores y el salir a buscar autos no unió más. Actualmente salimos o nos juntamos a tomar un café, los 'fierros' siempre terminan como tema de conversación en la mesa".
Empezó como contradicción y tuvo final feliz
El primer auto de Guillermo llegó a los 18 años, un Ford Taunus modelo 80, aunque el pretendía otro. "El primer auto que me quise comprar fue un Ford Fairlane 57 que mi viejo no me dejó. Lo paradójico es que los dos somos fanáticos de Chevrolet, pero me encantó el estilo con la cola alta y cromados. Con 18 años, me dabas un burro con volante y también lo agarraba, quería tener mi primer auto. Desde ese momento estuve alejado de los autos viejos", precisó.
Consultado sobre los motivos por los que Carlos no quería que comprara un auto de este tipo, explicó: "Desde los 17, cada vez que me quería acercar a un fierro viejo con un motor 6 cilindros, empezaba con el repertorio de los "no".
"Por ejemplo, me decía que son autos que consumen mucho y cómo lo iba a mantener. Sin embargo, tuvo cuatro Torino coupé, una Chevy preparada de exposición, Dodge GTX. Debe ser por eso que, al gustarme mucho la velocidad me quería mantener alejado", detalló entre risas este lomense que disfruta su Chevy Coupé SS modelo 70 en las calles y lleva a distintas exposiciones.
Y admitió: "Después también compramos un Chevrolet 400, pero dijo basta de los fierros viejos porque ya lo disfrutó cuando fueron furor. El gusto lo tenemos todavía quienes pasamos los 40 que no los pudimos tener en su auge"
Al momento de poner en palabras lo que significa este auto, Guillermo expresó que su Chevy es su "cable a tierra". "Es mi compañera, si estoy salimos a dar una vuelta. Salís con ego apagado y volvés con algo que no te entra en el pecho. Vas por la calle y te levantan el pulgar o te miran, por momento te sentís un rockstar. Hoy me importan los fierros viejos. Respeto al que tiene un Ford, Dodge, Torino o un Siam Di Tella. Incluso, me apropie de la frase de un amigo que me dijo una vez: 'no somos poseedores de autos viejos, sino cuidadores de un fragmento dela historia'", aseguró.
Modificaciones al Chevy Coupé
Si bien cuando lo compró, el Chevy Coupé estuvo preparada y distinta a cómo era originalmente, Guillermo le dio su impronta. El cambió el portafiltro, le puso espejos en el capo, cubre batería, un nuevo corta fuego de acero inoxidable, le modificó el carburador porque el original Holley estaba muy desgastado.
"Después el resto fueron modificaciones estéticas mínimas, como el reparo de las llantas que había perdido el color. Si no está lustrada, no sale. Primero la arreglo a ella, y después yo. Tiene un motor 250 estándar de 6 cilindros en Línea. Es un auto de paseo, para ir, mostrar, no la llegue a pasar de 140 km/h", subrayó.