EXPERIMENTO SOCIAL La lomense María Laura Bardelli, instructora de yoga de la risa, se juntó con una colega española: "Sabemos que la risa tiene el poder de cambiar el estado de ánimo".
Dos instructoras de yoga de la risa llevaron a cabo un experimento social en una de las líneas de subte de Capital Federal para demostrar que la carcajada es contagiosa y que incluso trae muchos beneficios para el ser humano. La lomense María Laura Bardelli fue una de las que realizó este experimento, quien en compañía de su colega española Edurne Quiros se subieron a un vagón y lograron hacer reír a todos los presentes.
El experimento social lo realizaron en junio, pero el video recién se dio a conocer hace algunos días y la viralización fue prácticamente instantánea. "Edurne subió al subte de la línea A, empezó con la carcajada y yo la continué. De a poco, los presentes empezaron a reírse, sin importar si estaban cansados por volver del trabajo u ocupados en sus asuntos", aseguró la lomense, muy feliz con los resultados obtenidos.
"La idea de todo era ver qué pasaba si alguien, en un espacio público, iniciaba una carcajada, con el fin de observar el comportamiento de las demás personas. Como nosotras trabajamos con la risa sabemos que se contagia a través de la neurona espejo y que tiene el poder de cambiar el estado de ánimo", indicó Bardelli, que admitió que la idea original ya se había realizado hace un tiempo en Estados Unidos con otro instructor de yoga de la risa.
Cabe resaltar que el yoga de la risa enseña a provocar una carcajada, ya que el cerebro no puede distinguir entre una risa genuina de una provocada intencionalmente: es por eso que en los encuentros hacen ejercicios de risa consciente para activar los músculos de la mejilla y que la cabeza interprete felicidad.
Cuando un ser humano se ríe, el cuerpo segrega hormonas de bienestar: las principales son la endorfina (generan en el cerebro un efecto de placer y bienestar) y la serotonina (involucrada con el estado de humor). La carcajada también actúa como liberador de tensiones, ya que se oxigenan el cuerpo y el cerebro, además de "estimular órganos y activar 400 músculos".
"Los pasajeros nos agradecían por hacerlos reír, sin saber que estábamos haciendo ese experimento social. Nos propusimos cambiar el estado de ánimo de la gente y lo logramos", dijo. El trabajo también fue realizado por otros ocho instructores que se dividieron en otros vagones del subte porteño.
María Laura Bardelli tiene sesiones gratuitas de yoga de la risa todos los jueves a partir de las 18.30, las cuales se llevan a cabo de manera virtual: los interesados pueden contactarse a través de Instagram y solicitar el ingreso.