judiciales Declararon familiares y allegados de la vícima, Guillermo Luquin, y también testigos por parte de la defensa de los dos acusados.
Comenzó el juicio por el crimen de Guillermo Luquin, el diácono de Temperley que encontraron asesinado en su casa en junio de 2019. Este miércoles se desarrolla la segunda audiencia, precisaron fuentes judiciales a La Unión.
Ayer por la mañana en el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 del Departamento Judicial de Lomas de Zamora se dio inicio al proceso judicial en el que se juzga a Roberto Javier Céspedes y a su pareja, Leonel Iván Martínez, por el delito de "Homicidio en concurso real con robo agravado".
Prestaron declaración familiares de la víctima, quienes sostuvieron que hubo varios objetos de valor dentro de la vivienda de Luquin que desaparecieron, infiriendo que el móvil del homicidio fue un robo. Testificó su hermano, su sobrino y la expareja, un amigo y también el médico forense que realizó el informe post mortem.
Por parte de la defensa oficial de Céspedes, la letrada María Celeste Vázquez presentó como testigos al primo del acusado y a un joven que estudió en el colegio Nuestra Señora del Carmen, institución donde Luquin se desarrollaba como diácono, quien aludió que la víctima se le había insinuado.
Ambos acusados sostienen que la víctima intentó abusar de uno de ellos, mientras que el otro, sólo lo defendió.
En la etapa de instrucción intervino la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°6 de Lomas, pero el proceso judicial es encabezado por la fiscal Viviana Giorgi, de la Unidad de Asistencia y Colaboración para el Juicio común y el Juicio por Jurados.
EL CASO
Guillermo Luquin, era empleado bancario y diácono de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, de la Diócesis de Lomas. El domingo 9 de junio del 2019, como no fue a la iglesia, su sobrino fue hasta su casa situada en Bombero Ariño 829, en Temperley, donde lo encontró sin vida.
Una huella dactilar hallada en una copa de cristal identificó a Céspedes, de 18 años, como sospechoso y cuando los investigadores lo estaban buscando, se entregó en la Comisaría de 8va de Villa Galicia junto a su novio, Martínez, de 20, para hacerse cargo del crimen.
En un video que grabó antes de su entrega y fue difundido por su familia, Céspedes dijo que el diácono lo acosaba desde que tenía 15 años. Luego denunció una situación de abuso, lo que motivó un forcejeo con un cuchillo que terminó en el asesinato.