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Aguardan una fecha para el juicio del diácono, a dos años del crimen

UFI N°6. Por el crimen de Guillermo Luquín (52) hay dos detenidos, de 18 y 20 años, imputados por el delito de "homicidio en concurso con robo agravado".

Muchas causas dentro del sistema judicial vieron afectados sus tiempos como consecuencia de la pandemia por Coronavirus, y una de ellas es la que investiga la muerte de Guillermo Luquín, el diácono de Lomas.  

Así lo confirmaron fuentes judiciales a La Unión. A poco de que se cumplieran dos años del crimen que tuvo lugar en una vivienda de Temperley, afirmaron que "aún no hay fecha para el juicio por el tema de la pandemia". 

El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°3 de Lomas de Zamora es el encargado de dictar una fecha para el proceso judicial, el cual enjuiciará a Roberto Javier Céspedes (18) y Leonel Iván Martínez (20), los únicos imputados por el hecho. 

Están detenidos por el delito de "homicidio en concurso con robo agravado". La causa es llevada adelante por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N°6 de Lomas de Zamora, a cargo de Gerardo Mohoraz. Esta lleva adelante una instrucción complementaria. 

Al respecto, habían precisado a este medio que se trata de "medidas de pruebas pendientes". "Se les realizan pericias psicológicas y psiquiátricas a los imputados por el hecho", agregaron.

En junio pasado se cumplieron dos años de lo ocurrió con Luquin, quien era empleado bancario y diácono de la Parroquia Nuestra Señora del Carmen, de la Diócesis de Lomas. El domingo 9, como no fue a la iglesia, su sobrino fue hasta su casa situada en Bombero Ariño 829, de Temperley, y lo halló asesinado cerca de las 12.30.

El cadáver estaba desnudo y envuelto en sábanas y la autopsia determinó que fue degollado y que presentaba otros cortes en el cuerpo, signos de defensa y un fuerte golpe en la cabeza.

Una huella dactilar hallada en una copa de cristal identificó a Céspedes como sospechoso y cuando los investigadores lo estaban buscando, se entregó en la Comisaría de Villa Galicia junto a su novio Martínez para hacerse cargo del homicidio.

En un video que grabó antes de su entrega y fue difundido por su familia, Céspedes dijo que el diácono lo acosaba desde que tenía 15 años. Luego denunció una situación de abuso, lo que motivó un forcejeo con un cuchillo que terminó en el homicidio.