"Ser veterinario es un estilo de vida"

VOCACIÓN Y SERVICIO En su día, los profesionales lomenses Pablo Touzón y Alejandro Zaccagnino contaron su trabajo con los animales, las satisfacciones y los momentos difíciles.

Amor entre humanos y animales. De eso se trata la profesión.

"Ser veterinario es una profesión vocacional", dijo Pablo.

Una profesión de corazón. Ellos ponen todo de sí para mejorar la calidad de vida de los animales y de los humanos que se encargan de su cuidado. Hoy, en el Día del Veterinario, los lomenses Pablo Touzón y Alejandro Zaccagnino aseguraron que su labor es un "estilo de vida", con satisfacciones y momentos dolorosos, y agradecieron poder trabajar de lo que les gusta. Además, coincidieron en que cada vez más se trata a los animales con responsabilidad y cuidado: "Son uno más de la familia y ponen en valor su vida como la de un humano".

"Ser veterinario es una profesión vocacional y un estilo de vida. Cada uno de nosotros se forma con ganas de ayudar y no por una cuestión monetaria", explicó el lomense Touzón, que trabaja en la Veterinaria Mainus (Paso 1718), sobre los motivos por los que eligió este camino para crecer como persona. Inmediatamente, el especialista en atención clínica para perros y gatos, dijo: "La carrera es muy sacrificada, pero no hay nada más lindo que trabajar de lo que a uno le gusta".

Siempre es grato trabajar con los animales. Cada vez más se nota la cultura de las mascotas, la gente se ocupa de las necesidades, como la comida y la medicación, y los tratan como uno más de la familia.

Como si se conocieran de toda la vida, Zaccagnino, que trabaja en la Veterinaria Integral Colombres (Molina Arrotea), coincidió con su colega al hablar de la labor cotidiana: "Siempre es grato trabajar con los animales. Cada vez más se nota la cultura de las mascotas, la gente se ocupa de las necesidades, como la comida y la medicación, y los tratan como uno más de la familia".

La satisfacción que te da este trabajo es poder cuidar y sanar a los animales, que son la felicidad de sus dueños y de toda la familia.

"La satisfacción que te da este trabajo es poder cuidar y sanar a los animales, que son la felicidad de sus dueños y de toda la familia", dijo Pablo, emocionado en cada palabra. Como contrapartida, Alejandro sostuvo que los momentos más tristes son cuando el veterinario ya no puede hacer nada para salvar la vida de una mascota, sobre todo "cuando el animal es joven y tiene todo por delante, te golpea más y te da lástima".

Ambos veterinarios se refirieron a su trabajo en medio de la pandemia y contaron que nada cambió para ellos desde la llegada del Coronavirus al país. "Los días fueron iguales de arduos. Somos esenciales", resumió Pablo, poniendo en valor la vida de los animales a la altura de la de los humanos.

Ambos veterinarios se refirieron a su trabajo en medio de la pandemia y contaron que nada cambió para ellos desde la llegada del Coronavirus al país, con días arduos por ser esenciales.

Para finalizar, y ante la pregunta de qué rol cumplen los animales en su vida, Zaccagnino no dudó ni un segundo y respondió: "Todos ellos, ya sea los que atiendo o mis mascotas, son el motivo por el cual yo estoy acá parado". Con el mismo pensamiento, Pablo cerró: "En mi vida están mis familiares y los animales, de eso se trata. Mis días se reparten así y me generan felicidad".

El 6 de agosto de 1883 fue la fecha que dio origen al Día del Veterinario: ese día se iniciaron los cursos en el Instituto Agronómico Veterinario de Santa Catalina, en la Provincia de Buenos Aires, que marcó un antes y un después.

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