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Pompei: "Talleres es el club más importante de mi carrera"

jugó una temporada. Sin lugar en Vélez, probó suerte en Remedios de Escalada. Y mal no le fue. Integró un gran equipo y volvió a Liniers para ser campeón de América y del mundo. "Yo tuve que ir a buscar mi oportunidad y por eso soy un agradecido de Talleres", recordó el exvolante.

Roberto Fabián Pompei es un exfutbolista muy recordado de los años '90. Sus pasos por Vélez, Racing y Boca tal vez sean los que más quedaron en la retina de los espectadores. Pero Tito también jugó en el ascenso. Cuando no tuvo lugar en el club de Liniers, armó las valijas y se marchó para volver tras una temporada. Y Talleres lo cobijó. En Remedios de Escalada formó parte de un gran equipo. Al día de hoy, el volante lo recuerda con cariño.

“Me tuve que ir a Talleres porque no tenía lugar y me tenía que demostrar si estaba hecho para jugar al fútbol o realmente me tenía que quedar vendiendo zapatillas en Deportes Oeste, donde trabajaba mientras debuté en Primera”, dijo en diálogo con Vélez 670 Radio.

Aquel equipo de Talleres era un verdadero equipazo. Carlos Fortunato; Eduardo Laguna,  Aldo Noblea, Rubén Córdoba y Luis Agli; Javier Zanetti, Hugo Donato y Miguel Fretes; Roberto Pompei; Adrián Dezotti y Héctor Baillié, era la formación habitual.

“Tuve la suerte de tener un muy buen año, rodeado de muy buenos compañeros y un gran técnico como el Negro (Norberto) D'Angelo”, comentó con nostalgia quien siempre mantuvo un fuerte vínculo con la gente de Escalada colaborando en los peores momentos del club y siempre predispuesto a dar una mano con partidos benéficos.

A la hora de los recuerdos, contó una anécdota que por esos tiempos marcaba las diferencias entre los equipos de Primera y los del ascenso: "Iba a Vélez y me daban las vendas, ojotas, toalla, shampoo, jabón, agua caliente, y me fui a Talleres, donde me tenía que llevar mi ropa, la ducha salía menos, pero me dieron cariño. El técnico, los jugadores y la gente me abrieron las puertas. Tenía que jugar, no tenía más excusas, me dieron la 10”.

Por todo eso, Pompei no olvida. Y cada vez que evoca sus mejores momentos, se acuerda del Albirrojo: "Me tocó ser campeón del mundo (y de la Copa Libertadores con Vélez en 1994), jugar en grandes equipos, pero Talleres es el club más importante de mi carrera porque si no me hubiese ido a Talleres no sé si la gente estaba cansada de verme en Tercera, de ser un jugador que no se ganaba un lugar”.

Y eso lo volcó a la docencia, cuando dirigió en las Inferiores de Boca (también tuvo interinatos en Primera) y aconsejó a sus jugadores. "Yo le decía que cuando llega un momento en que tu lugar está ocupado, te tenés que ir. Si es a préstamo y podés volver, mejor, pero si no tenés que ir porque tu carrera la tenés que forjar e ir a buscar. Yo tuve que ir a buscar mi oportunidad y por eso soy un agradecido de Talleres".

Pompei también jugó en el Real Oviedo de España y a su regreso al país formó parte de los planteles de Estudiantes de La Plata, Chacarita Juniors, Arsenal de Sarandí y Huracán.

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